La cartera de Warren Buffett en el primer trimestre del año varió sensiblemente, con nuevas compras de acciones en Occidental Petroleum y una inversión de 1.000 millones en el banco Capital One Financial. No obstante, Apple sigue siendo la gran apuesta del Oráculo de Omaha.
Michael Hartnett, estratega de Bank of America, ha reiterado su llamado a vender acciones estadounidenses y advirtió que la tecnología e IA están formando una burbuja.
Bank of America ha señalado que Nvidia es el líder de picos y palas frente a la fiebre por la IA o inteligencia artificial a medida que aumenta su participación en el mercado.
El colapso de First Republic Bank ha empeorado el panorama para los bancos de Wall Street, los cuales se acercan al umbral técnico de la crisis de 2007.
La caída de SVB Financial y el rescate de Credit Suisse, entre otros, han avivado el miedo a una nueva crisis financiera con ecos de la provocada caída de Lehman Brothers. Aunque desde el punto de vista bursátil a muchos les ha pillado con el pie cambiado, hay que tener en cuenta que algunas entidades han pulverizado los máximos anteriores a este shock de hace quince años.
La caída de bancos regionales americanos ha preocupado a los inversores, pero estos no están quebrando. Sino que no lo tienen fácil en el actual entorno económico.
Goldman Sachs y Bank of America han presentado sus resultados del 1er trimestre, dejando caídas en las ganancias e ingresos del primero, pero subidas en el segundo.
El S&P 500, índice que agrupa a las 500 mayores cotizadas de EEUU, se anotó una subida en el primer trimestre del año de un 7% a pesar de las dudas surgidas en marzo por la salud del sistema financiero. Con la temporada de resultados ya a la vuelta de la esquina, será un buen momento para calibrar si el mercado ha sido demasiado optimista o no sobre la situación real de las empresas estadounidenses.
2022 fue un gran año para los fondos mutuos gestionados activamente en Wall Street, pero 2023 los ha hecho perder ante la crisis bancaria y el retroceso de las grandes tecnológicas.
Bank of America ha señalado que los temores a una desaceleración económica han llevado a la prisa de los inversores por cobrar. Incluso más rápida que durante el COVID 19.