Las SOCIMIs han salido a cotizar en el momento oportuno, cogiendo la ola alcista de la bolsa y de la recuperación económica. Aunque son actores jóvenes en el mercado de capital, ya han realizado varias ampliaciones que les han permitido obtener recursos para acometer nuevas adquisiciones y facilitar la expansión de la base accionarial. Al tiempo, siguen presumiendo de retribuir a sus accionistas, aunque el dividendo corre peligro de disminuir al tener que repartirse el botín entre más actores.
El apetito por Gamesa parece ser insaciable. Raros son los días que no anuncia un nuevo contrato y, claro, los brokers, seducidos por su cartera de pedidos creciente, mejoran sus consejos sobre el valor. Hoy ha sido HSBC. Además, también encontramos otras buenas recomendaciones sobre Enagás o Axiare Patrimonio.
En plenas jornadas de turbulencias en los mercados, siempre hay valores que hacen las veces de refugio. Seis acciones registran la mitad de la volatilidad media de la bolsa española en el último mes que se convierten en un quinteto si de ellos excluimos a Jazztel.
La figura de la SOCIMI irrumpió hace un año en la bolsa española. Nacieron a imagen y semejanza de los exitosos REITs estadounidenses y se han configurado como una apuesta por la recuperación del sector inmobiliario nacional que ha hecho suelo. Los gestores internacionales ya han manifestado su interés por las SOCIMIs pero, ¿son apropiadas para el inversor particular?
Ahora que el 2014 da sus últimos coletazos, lanzamos una mirada atrás y observamos que uno de los elementos revolucionadotes que saltaron al mercado este año fueron las SOCIMI. Este vehículo de inversión nació como alternativa a las tradicionales y maltrechas inmobiliarias y, encima, prometiendo un dividendo.