A pesar del entorno general del mercado que no acompaña en modo alguno, lo cierto es que la criptomoneda principal aguanta el tipo en la última semana, minimizando pérdidas, incluso mensuales, que se consolidan nimias en el mal mes de septiembre para las bolsas globales. Ahora llega un octubre que históricamente le es favorable.
El Año del Descubrimiento, del retorno del fantasma de la inflación, de la carrera monetaria por el encarecimiento del dinero, de la reordenación de las carteras de capital, de la vuelta de la hegemonía del dólar, del oro como valor refugio, de la recesión en el espacio industrializado, de la energía por las nubes y, en consecuencia, de la volatilidad de los mercados. Así describen en UBS el recorrido de doce meses desde que, el otoño pasado, surgiera el tsunami que propició el rally alcista de los precios de los combustibles fósiles, con el gas como abanderado de una sobrevalorización de la energía sin parangón desde los años setenta. Y que ahora cobra intensidad con el retroceso de la libra, cuyo valor se aproxima a la paridad con el dólar, y por la intensidad de la carrera competitiva entre las divisas asiáticas.
La tasa interanual de inflación de la eurozona escaló nueve décimas en septiembre hasta situarse en el 10%, frente al 9,1% de agosto, de acuerdo con la estimación inicial publicada hoy por Eurostat.
En la última sesión bursátil del tercer trimestre, el DAX sube un 0,6%, hasta los 12.054,44 puntos, el FTSE -100 cotiza plano sobre los 6.879,57 puntos, el CAC-40 avanza algo más de medio punto porcentual, hasta los 5.705,96 puntos, el Eurostoxx 50 abre en los 3.295 puntos mientras el FTSE MIB arranca desde los 20.474 puntos tras registrar avances de más de medio punto porcentual en la apertura. El Ibex 35 avanza algo más de un 0,5%, sobre los 7.336,30 puntos.
Subidas de apenas el 0,10% para los futuros del Ibex 35, hasta los 7.289,50 puntos, los del DAX se anotan un 0,14% y los del CAC 40 un 0,03%. También alzas muy tímidas para los del FTSE 100 y el FTSE MIB, mientras que los futuros del Euro Stoxx 50 repuntan un 0,31%.
En apenas unos meses, hasta 57 trillones de dólares entre acciones y bonos han desaparecido del mercado. Los que salieron en mayo hicieron bien en hacer caso al refranero bursátil, pero ¿cuándo volverá el dinero al mercado?
José Ramón Díez, director de Economías y Mercados Internacionales de la entidad, se pregunta por el fin de la abundancia a la que hacía mención hace unas fechas el presidente de Francia, Emmanuel Macron. “Como dice ese viejo adagio tan de actualidad tras la guerra de Ucrania y la crisis energética: espera lo mejor, prepárate para lo peor”.
En el servicio de estudios de Bankinter destacan que, “salvo excepciones, como el Banco de Japón, que mantiene tipos con el IPC en el 3% y el yen en mínimos históricos, el resto de autoridades monetarias se apresura a subir tipos para embridar la inflación”.
Gonzalo de Cadenas-Santiago, director ejecutivo de Mapfre Economics, considera que “el fuerte incremento actual de los precios no es (así lo esperemos) estructural, sino el resultado del shock energético y de su transmisión hacia la inflación subyacente al unísono que a través de otra correa, la de los costes de importación, en un contexto de fortaleza del dólar americano”. En otros países este shock de oferta se combina con una elevada demanda y estrecheces del mercado laboral.
El conflicto bélico entre Ucrania y Rusia ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad del modelo de crecimiento mundial a los shocks de oferta energéticos. Pero, ¿realmente el problema es la falta de energía? o ¿se trata simplemente de una batalla de precios desatada por una guerra geopolítica?