Didier Saint-Georges, miembro del Comité de Inversión de la gestora Carmignac Gestion, aboga en su última carta mensual por la prudencia, máxima de su inversión debido a los márgenes de maniobra de los países desarrollados.
En la primera mitad de 2011 hemos sido testigos de revueltas en varios países del norte de África, de un terremoto devastador y un tsunami en Japón y de una crisis de deuda soberana en la Europa periférica. A pesar de estos nuevos inquietantes acontecimientos, la renta variable todavía representa un valor cuyo atractivo sigue en aumento.
Josep Prats, director de gestión de patrimonios de Ahorro Corporación, comenta que “en deuda griega, los bancos españoles tienen poca, en portuguesa más, por lo que, lo que está sucediendo ahora mismo en Grecia sí que es un problema para los bancos franceses y alemanes”.
El riesgo país de España cotiza en 273 puntos básicos. Un dato “indignante y que es consecuencia de todo lo que estamos viendo tanto en Grecia como a nivel doméstico”, reconoce Ramón Forcada, director de análisis de Bankinter.
Oro y petróleo no dejan de sumar posiciones. Atrás quedan los 500 dólares en los que cotizaba el metal precioso en 2003. Hoy ha triplicado ese valor, al igual que en el petróleo, donde el encarecimiento es palpable en nuestro día a día, como inversor o consumidor. Si bien, su escalada no parece haber llegado a la meta, como apoyan los fundamentales, especialmente soportados en la debilidad de las primeras economías y la grandeza de las emergentes.
El saldo acumulado del ahorro financiero (activos financieros) de las familias españolas a cierre del 2010, según datos del Banco de España, ha totalizado 1,77 billones de euros, lo que representa un aumento del 0,5% con respecto a 2009.