El Ibex 35 se tiñe de rojo esta jornada, tras las caídas del pasado viernes. Pese a los recortes, el tono sigue siendo positivo y la tendencia alcista, pero hay que vigilar soportes. Los situamos y analizamos también los siguientes objetivos para el índice y algunos de sus componentes.
Este domingo, 5 de febrero, entró en vigor el segundo embargo de la Unión Europea a la gasolina refinada y al gasóleo proveniente de Rusia. Un país que hasta el comienzo de la guerra de Ucrania suponía el 55% de las importaciones de diésel para los países comunitarios.
Números rojos para la Bolsa española, con el Ibex 35 encaminándose a su segunda sesión consecutiva de caídas. Los inversores siguen digiriendo el dato de empleo de EEUU del pasado viernes, mientras que preocupa también una nueva escalada de tensiones entre EEUU y China.
Jornada de tímidas subidas para Repsol, que intenta recuperarse de su peor racha en Bolsa desde julio del año pasado. El valor presenta un potencial de un 25% pero el análisis técnico deja muchas dudas.
Este lunes Berenberg y RBC se unen al optimismo del resto de analistas y mejora la valoración de Banco Santander, aunque ninguna supera los 4 euros. En concreto, el potencial de Santander en el Ibex 35 es de 13,20% para RBC y de 8,9% para Berenberg.
A punto de presentar sus cuentas esta semana, cosa que hará el próximo jueves los expertos consideran que, a pesar de que su inicio de año no ha sido bueno, el valor es el mejor dentro de las aseguradoras para capear un negativo año económico que se espera y beneficiarse de que las subidas de tipos prosigan.
La compañía siderúrgica presenta esta semana resultados sobre los que ya ha puesto una advertencia importante sobre la mesa JPMorgan, en general, sobre el sector. El valor se revaloriza a doble dígito en lo que va de año en el mercado y mantiene por tanto, el buen tono en el mercado.
Todas las entidades financieras presentes en el Ibex han presentado resultados al cierre del pasado ejercicio, pero lo cierto es que no todas van a remunerar de igual forma a sus accionistas. Sin embargo, los bancos se convierten en un sector que “mima” especialmente a los tenedores de acciones y lo hará especialmente tras resultados muy buenos en la mayoría de los casos.