Comenzamos una semana difícil “sobre todo por la falta de referencias. La subida del Ibex35 hasta los 7.200 puntos – con un volumen mínimo- le ha frenado y eso se refleja en la evolución del índice.
Estos movimientos son bastante habituales por la falta de volumen. Pocos datos macro y a la vista tampoco hay demasiadas reuniones importantes que es lo que está dando bombo en el mercado “por lo que si no sucede nada, podríamos tener una semana algo más tranquila que la anterior”, reconoce Susana Felpeto, de ATL Capital.
“Sesión tímida con pocos volúmenes en la apertura, algo lógico, ya que estamos a la espera de bastantes reuniones esta semana en Europa que justificarán o no las subidas que vimos a finales de la semana pasada”.
“Si el BCE hiciera algunas compras de deuda podría mitigar este rally de las primas de riesgo por un tiempo, pero parece que el organismo no tiene intenciones de intervenir en el mercado”.
“Debe haber una actuación contundente desde Europa sobre la deuda, si no es a través del BCE, que se a través de otro organismos, ya que esto mejora la situación del mercado, como hemos visto en otras actuaciones”.
"Las medidas de ajuste que haya que poner en marcha en España se deberían poner cuanto antes. Creo que vamos a cumplir con lo que esperan de nosotros los socios europeos y se dejarán de dilatar los plazos en el momento en que España haga todo lo que Europa esperaban de nosotros".
La bolsa española reaccionará en positivo o en negativo según cómo avancen las medidas acordadas en la pasada cumbre. Eso sí, siempre que se implementen, el Ibex35 podrá ir a buscar los 8.000 puntos sin problema.
A un día de conocer cuáles serán las principales conclusiones de la Junta de accionistas de Bankia, todas las miradas puestas sobre la desinversión de sus participaciones industriales.
“Ahora estamos muy de la mano de la reunión del eurogrupo de finales de mes y estamos esperando que se anuncie entonces una batería contundente de medidas. Mientras tanto, siguen las dudas”.
Sufrimiento nos queda por delante pero "es una buena noticia porque parecía el fin del mundo si Grecia tomaba una decisión más radical", explica Álvaro Blasco, director de análisis de ATL Capital.