El año ha comenzado sin mayores novedades, es decir, alcista. Cualquier recorte provocado por un mal dato macroeconómico es aprovechado para comprar (véase la reacción al mal dato de paro USA del viernes), y parece que las caídas son historia del pasado. La volatilidad (VIX), cómodamente por debajo de 20, y el sentimiento alcista por las nubes. Demasiada complacencia...
Hoy comenzará el Eurostoxx su última jornada del año en máximos anuales: el nivel "redondo" de 3.000. No hay menos que felicitar a los alcistas por su victoria y su trabajo bien hecho. O quizás mejor a Bernanke y a Obama, pues el mercado no hace más que descontar (y creerse) las estupendas perspectivas de futuro, tras estar al borde del abismo. No es más que psicología de masas, señores: al fin y al cabo, éso es el mercado.
A cualquiera que se lo hubieran dicho durante los mínimos de Marzo, con el Eurostoxx en 1.770, le hubiera parecido una inocentada... pero ahí está, 6 meses después, en la apertura del día de los Inocentes, el índice ha vuelto a tocar los 3.000, nivel que perdió el 6 de Octubre del 2008... ¿Y ahora qué?
Fiel a su cita (y no podía ser menos en un año tan alcista), la Navidad trajo este habitual patrón estacional. Con el bajo volumen de siempre, los índices han roto por arriba el lateral (rectangular en el SP y de diamante en el Eurostoxx) en el que llevaban varios meses, haciendo nuevos máximos. El "único" riesgo de este escape alcista es su absoluta "previsibilidad" y la confianza extrema de los alcistas.