Previsiones del FMI para el crecimiento a nivel mundial: 3,2% para 2019 y 3,6% para 2020. Los temores a una recesión de la economía comienzan a diluirse en pro de un período prolongado de bajo crecimiento. Claro que, depende donde miremos. “Alemania está en recesión técnica, Europa bordeándola y EEUU aunque está lejos, no será ajeno al hecho de que el mundo se está parando y la prueba más clara es que los bancos centrales se han visto obligados a intervenir de nuevo”, asegura Luis Martín, director general de BMO Global AM en España. Si esto ocurre “es porque la economía no está bien y el problema es que llevamos diez años acostumbrados a que los bancos centrales nos resuelvan los problemas y eso no es bueno. La munición no es infinita por eso recomendamos cierta cautela”. Sobre todo por los frentes que hay abiertos: Brexit, inestabilidad en Italia, elecciones (en la que la mayoría espera que vuelva a ganar Trump) y guerra comercial. Un evento que “a quien más afecta es a Europa, economía eminentemente más exportadora que China o la propia americana y la prueba la tenemos en Alemania, que aun no estando implicado en la guerra comercial es el país que más está sufriendo”, admite Josep Bayarri, director de inversiones de Arquia Banca.

Amparo Ruiz- Campo, Directora en España, Portugal y Latam de Degroof Petercam Asset Management cree que el fondo está claro: Trump quiere separar ambos países para sus empresas “no estén contaminadas, es decir, que las cuentas de resultados de las grandes corporaciones americanas no sean dependientes de China”. Una guerra que solo tiene un ganador: China. “Porque no tiene prisa”, asegura Martín. Trump tiene uno o cinco años mientras que Xi Jingping no tiene prisa. “El país va a un maratón en una guerra que no es tanto por el comercio como por la tecnología, por la supremacía mundial. Tardará más o menos pero China acabará siendo el líder del mundo”.  

Una tecnología que, por cierto, es deflacionista. Con los bancos centrales inyectando ingentes cantidades de liquidez, cada vez más los mercados dudan sobre la eficiencia  de las mismas al tiempo que los propios banqueros centrales urgen a los estados y gobiernos a poner medidas de su parte. En su última reunión, Draghi volvió a repetir lo que hizo en 2012: “anunciar que haría lo necesario para que la economía siga creciendo. Las previsiones son que Europa siga creciendo un 1%, que es bajo, pero hay que diferenciarlo del crecimiento que tengan las compañías basadas aquí y que son globales”, asegura Alejandro Domecq, sales manager de M&G.

Draghi se ha visto obligado a intervenir, dice el experto de BMO Global AM, pero la diferencia con 2012 es que “cuando se votó volver a comprar deuda no hubo unanimidad por parte de cuatro gobernadores muy importantes: Alemania, Holanda, Francia y Austria. El BCE tiene las manos un poco atadas con lo que ahora está en manos de los países tomar medidas fiscales para fomentar el crecimiento de sus economías”. Eso o que los bancos centrales sean más creativos en sus medidas. En este punto algunas voces hablan incluso de ver a los organismos monetarios comprando acciones, como ya hiciera el Banco de Japón. Una medida que “dudo que funcione y sobre todo, que lo hagan en Europa, donde ya les cuesta comprar deuda pública y privada. Tampoco creo que sea sano ni la solución”, asegura Bayarri que advierte de que la salida de aquí es solo una: política fiscal expansiva. (Ver: El tramo 3-7 de la curva americana nos ofrece un mayor carry y beneficiarnos de la subida del dólar)

La pregunta que surge es dónde están las alternativas de inversión  en un entorno en el que hay 17 billones de bonos con rentabilidad negativa. Los gobiernos pagan cero o negativo descontando que a 30 años no habrá ni inflación ni crecimiento económico. “A esos gobiernos, que a menudo son considerados activos refugio, no queremos prestarles porque no queremos perder coste de oportunidad; la búsqueda de rentabilidad ha hecho que compañías con más riesgo paguen poco exceso sobre las de alta calidad por lo que nos gustan emisiones con la calidad más alta dentro del high yield”. Además, “a la renta fija se la puede añadir un extra-carry con high yield europeo, que está en buen estado y además porque el papel que sale en HY lo compran los japoneses como locos”, admite la experta de Degroof Petercam AM.(Ver: Descubriendo el potencial de la renta fija)

En este punto es importante mirar qué hacen los bonos como parte de la cartera sabiendo que “si las cosas vienen mal dadas, lo único que nos va a proteger es la deuda pública de vedad. En este sentido, creo que hay que tener deuda pública sí o sí siempre como parte de una cartera diversificada y analizando el impacto de cada uno de los activos”, asegura Luis Martín.  

 

Fund Day Barcelona

 

De izdquierda a derecha: Silvia Morcillo (Ei), Alejandro Domecq (M&G),  Amparo Ruiz- Campo (Degroof Petercam AM), Luis Martin (BMO Global AM) y Josep Bayarri (Arquia Banca)

Emergentes: energéticas y tecnológicas frente a consumo

Y ¿en renta variable? Josep Bayarri reconoce que, en el punto del ciclo en el que nos encontramos “debe primar la estabilidad de la cuenta de resultados. Esto nos lleva a determinados tipos de sectores, desde utilities a infraestructuras, que tienen cuenta de resultados estables y que, en caso de que haya una caída de los mercados,  serán más resilientes”.  Amparo Ruiz – Campo cree que se ha acabado eso de tener exposición a un sector solo porque creemos que lo conocemos.  La clave está en la diversificación. “En renta variable recomendaría mundo sostenible, que incluye infraestructuras, maquinaria, medios de pago, reciclaje….al tiempo que puedes tener una cartera global que tenga tecnología americana, consumo, ciberseguridad y contar con exposición a inmobiliario cotizado europeo en la versión dividendo”.

Si de una región  vendrá el crecimiento en el futuro es la emergente. Pero no todo vale. En el “saco” de emergentes hay países como Corea del Sur, con una renta per cápita como la de España, o India, con una renta per cápita de 2.500 dólares.  “Cuando se habla de emergentes lo hacemos de regiones que intenten beneficiarse de las tendencias de largo plazo: demografía, migración del campo a la ciudad, consumo…”, admite Martín. En esta estrategia no entran, a su juicio, valores del sector energético o que dependan de las materias primas más que de la evolución de los emergentes; compañías que son propiedad del Estado – como los bancos chinos –  y las compañías tecnológicas. “Por dos motivos, buscamos compañías que puedan subir precios, subir sus márgenes y con una visibilidad alta en resultados”.  Tencent o Alibaba han subido como la espuma pero ¿seguirán existiendo en los diez próximos años? ¿Y seguirán creciendo de la misma forma? “Como no lo sabemos, no invertimos. Y además, el resto de tecnológicas que hay en emergentes son de manufacturas, semiconductores o de componentes. Todos sabemos que a Apple le gusta vender caro pero lo que más le gusta es fabricar barato por lo que los márgenes de tecnología son decrecientes”. (Ver: En nuestro fondo no hay compañías como Alibaba, Tencent o Samsung)

En el lado contrario hay compañías de consumo, como Colgate India que, en caso de que el país incremente su renta per cápita verá como la cantidad de gente que usa pasta de diente crece de forma exponencial. Y, a medida  que eso ocurra, subirá el precio.  Y además, en la región “no invertimos en ninguna compañía que no pague dividendos porque para nosotros es una señal de alineación de intereses entre el gestor de la compañía y el inversor”.

Los dividendos cobran especial importancia

Para aquel inversor que no quiere (no puede) asumir más riesgo, los dividendos son una  buena alternativa. Aunque “más que el nivel de los dividendos lo importante es el resultado. Cuando una compañía pasa de una rentabilidad por dividendo del 6% es porque lo van a recortar con lo  que, cuando buscamos dividendos, buscamos un historial de retribución al accionista estable de al menos 5 años; que tengan un pay out asumible y que tenga una tendencia de crecimiento de los dividendos”, aseguran desde Arquia Banca.

Un ejemplo es Mastercard, dice el experto de M&G, que desde que salió a cotizar nunca a ofrecido un dividendo mayor del 1% de los  beneficios pero, como su beneficio ha crecido, los dividendos han crecido a un ritmo del 38% anual. “No es sólo el dividendo inicial lo que hay que tener en cuenta sino la capacidad que tiene la compañía de hacerlo crecer a largo plazo”.(Ver: Nosotros vemos valor en Microsoft)

De hecho, desde Degroof Petercam AM creen que en muchas ocasiones el dividendo puede ser una “trampa de valor” porque una rentabilidad por dividendo del 6% “puede  venir de que la compañía  haya caído mucho en bolsa”. Por mucho que queremos rentabilidad y un cupón atractivo, hay veces que el dividendo lo paga el capital y pues llegar a perder todo porque hay compañías que quiebran.


Cuatro ideas de inversión:

  • Josep Bayarri, Arquia Banca: “Cuando pensamos en comprar renta fija no nos fijamos en el cupón sino en ver si el bono que hemos comprado va a subir o no.  No estamos pensando en la rentabilidad a vencimiento. Para un gestor de renta fija, que la rentabilidad del bono esté al -0,50% o en el -0,30% le da igual porque lo único que le importa es que en un tiempo ese bono tenga un precio más alto o más bajo que el precio al que lo ha comprado. Eso es lo que hay detrás de un mercado en el que hay 17 billones de dólares en bonos con rentabilidad negativa, la búsqueda de la revalorización de las posiciones aunque el bono tenga una TIR del 0%.
  • Luis Martín, BMO Global AM: “El BMO LGM Emerging Marktes Equity Fund  invierte en compañías que se benefician de las grandes tendencias de largo plazo, como la demografía, la migración del campo a la ciudad o el consumo. El gestor no invierte en compañías ligadas a materias primas, tecnología o compañías controladas por el Estado. Por el contrario, miramos compañías que tienen poder de fijación de precios – sector consumo – con márgenes al alza”.
  • Amparo Ruiz-Campo, Degroof Petercam AM: “Me gusta el inmobiliario europeo en la  versión dividendo  a través del DPAM Real Estate Europe Dividend que tiene una beta del 0,3 y rentabilidad por dividendo casi del 5%. El fondo acumula una subida del 18% en el año. Los alquileres suelen ser a muy largo plazo, se saben los cash flows que pueden tener estas compañías con lo que tienes claro lo que recibirás en los próximos años”.
  • Alejandro Domecq, M&G: “El M&G Global Listed infraestructures invierte en compañías cotizadas de un negocio básico para el crecimiento de la economía, como son las infrastructuras. Este activo ofrece un dividendo históricamente superior al del índice mundial y, en períodos de caídas, cae menos que el índice. Ha subido el 80% de la revalorización que han tenido los mercados mientras que ha caído un 27% de la caída de los mismos”.