En un entorno de volatilidad y mercados en máximos, ¿cómo están posicionando los fondos?

En Hamco seguimos encontrando oportunidades claras de valor. Actualmente, más de la mitad de la cartera de Hamco Global Value —nuestro fondo con mayor historial— está invertida en Asia, una estrategia que también replicamos en el nuevo Hamco Quality Fund. Dentro de la región, Corea del Sur continúa siendo el mercado donde detectamos el mayor potencial; de hecho, mantenemos una posición especialmente significativa desde hace aproximadamente año y medio. Además, vemos atractivo en sectores que el mercado ha castigado en exceso; un ejemplo evidente es el sector del automóvil, prácticamente abandonado por muchos inversores y que, en nuestra opinión, concentra un valor muy relevante. En cambio, evitamos la exposición a Estados Unidos, especialmente al sector tecnológico y a las grandes multinacionales americanas que cotizan con múltiplos muy elevados. Este tipo de compañías no encaja con nuestra filosofía de comprar barato.

El Global Value es el buque insignia de la casa. ¿Cómo ha evolucionado desde su lanzamiento y qué elementos del proceso de inversión considera más diferenciales?

Hamco Global Value Fund se lanzó a finales de 2019 y está a punto de cumplir seis años de trayectoria. Nació con menos de 20 millones de euros en activos y, hoy, gestiona alrededor de 160 millones. Desde el inicio, la estrategia ha sido fiel a un enfoque deep value: buscamos compañías infravaloradas con un elevado potencial de revalorización a nivel global. Esa amplitud geográfica a la hora de invertir es, de hecho, una de las características más distintivas del fondo. No nos limitamos a mercados desarrollados; durante estos años hemos tomado posiciones en países que suelen quedar fuera del radar de muchos inversores, como Turquía, el Sudeste Asiático —Indonesia, Malasia— o mercados menos explorados como Corea del Sur y Japón.

En términos de resultados, la evolución ha sido notable. La rentabilidad anualizada desde el lanzamiento se sitúa en torno al 17%, una cifra que refleja tanto la eficacia del proceso de inversión como la capacidad del fondo para encontrar valor oculto. Y, pese a la fuerte revalorización acumulada, seguimos viendo un universo amplio de oportunidades: la cartera continúa cotizando a múltiplos muy atractivos. Nuestro trabajo diario consiste precisamente en mantener ese sesgo deep value y ajustar la cartera para seguir capturando ese potencial a largo plazo.

Acaban de lanzar el Hamco Quality Fund. ¿Por qué ahora un fondo Quality?

El lanzamiento del Hamco Quality Fund responde a una realidad que veníamos detectando en nuestro trabajo diario: había un conjunto de oportunidades interesantes que, aun siendo buenas empresas, no encajaban en la filosofía deep value del Hamco Global Value Fund. Analizábamos compañías de gran calidad y con modelos de negocio sólidos, pero que no cumplían los requisitos de valoración estrictamente bajos que exigimos para el fondo deep value. Forzar su inclusión habría sido incoherente con la estrategia. Por eso decidimos crear un segundo vehículo que permitiera capturar esas ideas sin desvirtuar el ADN del fondo principal. El Quality Fund reúne empresas con un historial más sólido, balances más robustos y, en general, una mayor calidad intrínseca, lo que explica que coticen a múltiplos algo más elevados. Como consecuencia, el riesgo del fondo debería ser inferior al del Global Value.

En términos de rentabilidad potencial, es pronto para anticipar cuál de los dos fondos se comportará mejor a largo plazo. En teoría, un menor riesgo suele asociarse a un retorno esperado algo más moderado, aunque ambos vehículos comparten un mismo universo global de inversión. La diferencia reside en el tipo de empresas incluidas en una cartera y otra por esa diferencia básicamente en la calidad.

¿Qué aporta este fondo que no aporten otras estrategias “quality” del mercado?

La principal aportación del Hamco Quality Fund es la tranquilidad para el inversor. Internamente lo llamamos, medio en broma, “el fondo de la abuelita”, porque está pensado para quien quiere invertir en renta variable global, con visión de largo plazo, pero sin asumir los niveles de riesgo asociados al deep value. Este fondo se construye con compañías de elevada calidad, negocios estables y balances sólidos, lo que reduce significativamente la volatilidad y los sobresaltos. Es una propuesta pensada para el inversor que quiere dormir más tranquilo por las noches sin renunciar a la exposición a renta variable. La diferencia con el deep value es clara: en ese universo trabajamos con empresas más cíclicas, con mayores problemas temporales, niveles de deuda más elevados o ubicadas en mercados más complejos —como Argentina o Turquía—, lo que conlleva un riesgo superior. El Quality Fund, en cambio, ofrece un perfil más conservador dentro de la renta variable global, y creemos que ese es su atractivo distintivo frente a otras estrategias quality del mercado.

¿Cuáles son los criterios concretos que utilizan para definir una compañía “de calidad”?

Para nosotros, una empresa de calidad es aquella capaz de reinvertir sus beneficios a tasas elevadas y sostenibles en el tiempo. Lo medimos mediante métricas clásicas, como la rentabilidad sobre el patrimonio neto, pero también a través de indicadores internos que evalúan la rentabilidad histórica generada para el accionista. La compañía ideal para este fondo es aquella cuyo modelo de negocio produce consistentemente altos retornos sobre el capital y que, además, está dirigida por un equipo gestor que ha demostrado tomar decisiones acertadas. Esa capacidad de generar capital y reinvertirlo de forma eficiente es clave: puede ser mediante crecimiento orgánico, mediante recompras de acciones a precios razonables, con adquisiciones bien valoradas o, cuando corresponde, devolviendo capital vía dividendos. En resumen, buscamos negocios bien gestionados, con elevada rentabilidad sobre el capital, potencial de crecimiento y la capacidad de hacer que ese valor se siga acumulando con el tiempo. Aunque en este fondo no compramos tan barato como en la estrategia deep value, sí procuramos invertir por debajo del valor intrínseco, confiando en compañías cuyo valor seguirá expandiéndose de forma consistente.

¿Podría comentar algunos ejemplos del tipo de empresas que un inversor encontraría en la cartera?

En el Hamco Quality Fund contamos actualmente con varias compañías que ilustran bien la diversidad del enfoque. Un ejemplo es Jumbo, una empresa que conocemos desde hace más de una década. Empezamos a invertir en ella durante la crisis griega, en un fondo anterior, y hoy vuelve a tener cabida en el Quality. Es un negocio muy bien gestionado, con una historia de éxito consolidada en Grecia y una expansión eficaz hacia mercados cercanos como Bulgaria y Rumanía. No cotiza a múltiplos especialmente bajos, pero creemos que combina calidad, buenas prácticas de gestión y potencial de crecimiento, lo que la convierte en una inversión coherente con la filosofía del fondo.

Un caso con un perfil distinto es Leggett & Platt, compañía estadounidense especializada en productos vinculados al descanso —somieres, colchones y componentes—, un negocio muy ligado al ciclo inmobiliario. En el pasado llegó a cotizar a múltiplos muy elevados, pero las turbulencias en el sector inmobiliario estadounidense presionaron el precio. Hoy vemos en ella un posible beneficiario de la recuperación del mercado, así como de los nuevos aranceles que Estados Unidos está imponiendo, que afectarían a sus competidores internacionales pero no a una empresa con producción local. Es, eso sí, una tesis con algo más de riesgo: la compañía está endeudada y dedica buena parte de su generación de caja a reducir deuda.

Son dos historias distintas —una más estable y de alta calidad, otra con mayor riesgo pero también con catalizadores claros— que reflejan bien el tipo de oportunidades que buscamos para construir la cartera del fondo.

Rotación de la cartera

En Hamco celebramos un comité de inversión mensual en el que cada analista propone los cambios que sugiere para las dos carteras que gestionamos actualmente. La dinámica es muy participativa: cada tesis presentada debe someterse al escrutinio del equipo, y todos los analistas están obligados a opinar sobre cada propuesta. Tras el debate, es John Tidd, gestor de ambos fondos, quien tiene la última palabra y valida las decisiones que finalmente se traducen en órdenes de inversión y ajustes en las carteras. Aunque revisamos ideas cada mes, la rotación no es elevada. Invertimos con un horizonte de largo plazo, pero mantenemos una vigilancia constante para asegurarnos de que la cartera refleja siempre las mejores oportunidades disponibles en términos de rentabilidad y riesgo en el medio plazo.

El fondo Hamco Global Value Fund esta disponible en Luxemburgo a partir del 25 de noviembre. ¿Qué supone este paso para la gestora y para los inversores?

La reciente disponibilidad del Hamco Global Value Fund en Luxemburgo marca un hito importante para la gestora. Con este movimiento, tanto el Global Value como el Quality Fund pasan a estar domiciliados en Luxemburgo, lo que nos permite ampliar de forma significativa nuestra base potencial de inversores. Hasta ahora detectábamos un interés creciente por parte de ahorradores y profesionales que querían entrar en el fondo, pero que no encontraban acceso a través de sus plataformas o entidades habituales. Con el vehículo luxemburgués solventamos esta barrera y facilitamos la inversión a un abanico mucho más amplio de clientes. Además, este paso aporta mejoras operativas: un mayor volumen gestionado genera eficiencias que acaban beneficiando también a los partícipes actuales. Y, por último, abre la puerta a inversores internacionales que antes encontraban obstáculos para invertir debido al formato del antiguo ISIN español. En conjunto, se trata de un avance que refuerza nuestra capacidad de crecimiento y mejora la accesibilidad del fondo.