Así han evolucionado las bolsas tras un año de guerra en Ucrania

“Las repúblicas populares de Dombás se dirigieron a Rusia con una solicitud de ayuda. En este sentido [...] decidí llevar a cabo una operación militar especial. Su objetivo es proteger a las personas que han sido objeto de abusos, genocidio por parte del régimen de Kiev durante ocho años”, anunció Putin en su discurso a la nación del 24 de febrero de 2022. El presidente ruso añadió que intentaría “desmilitarizar y desnazificar Ucrania”.

Un año muy intenso de guerra convencional que deja un balance de más de 7.000 civiles asesinados, según las Naciones Unidas, y la mayor crisis de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Más de 7,2 millones de ucranianos han salido de su país huyendo del horror de la guerra y se calcula que hay más de 7,1 millones de desplazados dentro del territorio ucraniano. 

Estos doce meses también han estado marcados por el aislamiento internacional de Rusia y las sanciones económicas aplicadas por los países occidentales a su economía. Occidente se ha volcado con Ucrania a través del envío de armamento y ha acogido con bastante rapidez a todos los refugiados huidos del país. China, India y Brasil han evitado condenar la invasión.

Inflación y 'shock' energético

En los mercados, la incertidumbre fue enorme al comienzo de la guerra cuando los inversores desconocían el alcance que iba a tener, la repercusión internacional y la potencial escalada nuclear. A nivel económico, el inicio de la invasión rusa supuso un 'shock' en los mercados energéticos por la interrupción de las importaciones de gas y petróleo ruso a Europa. 

Antes de que estallara el conflicto, el 45% del gas que se consumía en la Unión Europea provenía de Rusia. Los países de la Unión han ido reduciendo su dependencia del gas ruso en aproximadamente un 80% en menos de un año gracias a las medidas de eficiencia energética, la importación de gas natural licuado de otros países como EEUU o Catar, el aumento de los flujos de proveedores de gas próximos como Noruega o Azerbaiyán o el uso de otras fuentes de energía como las renovables, la nuclear o el carbón. Sin embargo, esto ha supuesto pagar más por la energía y la eurozona ha pasado este año a tener déficit por cuenta corriente.

“Actualmente la carencia más destacada se encuentra en el sector de la energía. Europa sigue dependiendo de Rusia para su abastecimiento de diésel. Pese a las sanciones impuestas por la Unión Europea, a finales de 2022 más del 44 % de las importaciones de petróleo y sus productos derivados procedían de Rusia. En consecuencia, el conflicto ha derivado en una guerra de despachos”, describe el profesor del IEB, José María Viñals.

"Nada de la evolución de los índices, incluyendo los europeos, tiene que ver con la guerra. Creo que ha habido factores que han ayudado mucho más a que las cosas vayan en un sentido u otro. Al fin y al cabo, tiene lógica, porque el mercado es muy despiadado y todo aquello que conoce por muy malo que sea lo absorbe, como una esponja. Por ejemplo, en la primera guerra del Golfo, los mercados se dieron un trastazo, pero con la segunda, los mercados subieron. En el 11S, los mercados cayeron, pero con el 11M subieron las bolsas", comenta el analista técnico Roberto Moro.

Los expertos señalan que las caídas generalizadas que se dieron en las bolsas mundiales en 2022 se deben, en gran medida, por la subida de tipos de interés aplicada por los principales bancos centrales y el fin del dinero gratis para hacer frente a la inflación. La subida de los precios, que ya arrancó antes de la guerra, tiene su origen en la reapertura tras el Covid-19 y los cuellos de botella generados en las fábricas chinas por la gran demanda de los países occidentales. El incremento de los precios de la energía aumentó aún más la inflación.

La rápida y agresiva subida de tipos ha hecho, además, que muchos analistas y organismos multilaterales estimen una desaceleración económica o en algunos casos incluso una recesión. El mercado descontó un escenario muy negativo para 2022 y ahora se muestra algo más optimista gracias a la resiliencia del consumo, del empleo y a la rebaja de la inflación. De ahí que en este arranque de ejercicio la mayor parte de los índices hayan arrancado con rebotes. 

Máximos históricos

Desde que empezó la guerra, el CAC 40 francés sube un 9,93% y lidera las revalorizaciones entre los grandes índices bursátiles del mundo, seguido del IBEX 35 con un 7,63%, el FTSE 100 de Londres escala un 5,81%, el EURO STOXX 50 un 5,80%, el Nikkei 225 japonés un 4,36% y el Dax un 4,10%. Con evolución negativa se encuentran el NASDAQ 100 con un descenso del 13,05%, el MSCI World un 9,61%, el S&P 500 un 7,14% y el DOW JONES Ind Average un 1,39%.

A nivel sectorial, las compañías tecnológicas han sido las más castigadas en bolsa durante estos doce meses debido a las altas valoraciones alcanzadas y a un menor apetito por las acciones ligadas al crecimiento en un contexto de desaceleración. Las acciones que mejor lo han hecho, por su parte, han sido las relacionadas con el petróleo y el gas por el 'shock' energético desatado y los bancos, ya que la rápida y agresiva subida de tipos les beneficia por el mayor margen de intereses y la revalorización del euríbor.

Índices

1A

2023

CAC 409,93%6,80%
IBEX 357,63%9,20%
FTSE 1005,81%4,98%
EURO STOXX 505,80%9,35%
Nikkei 2254,36%5,40%
Dax4,10%8,71%
DOW JONES Ind Average-1,39%-0,02%
S&P 500-7,14%4,53%
MSCI World-9,61%4,65%
NASDAQ 100-13,05%11,03%

En lo que va de año, el Dax alemán se revaloriza un 8,71% y ha alcanzado máximos históricos, lo mismo que el CAC 40 francés que se anota un alza del 6,80% o el Ibex Total Return, el índice que recoge los dividendos, también está en cifras nunca vistas. El EURO STOXX 50 se revaloriza un 9,35% en lo que va de año, el IBEX 35 un 9,20%, el Dax un 8,71% y el CAC 40 francés un 6,80%. En Wall Street, el NASDAQ 100 escala un 11% mientras que el S&P 500 se queda en un 4,53% y el DOW JONES Ind Average se mueve plano este ejercicio.