
Más de 50 máximos históricos ha contabilizado el mercado en lo que va de año el Oro en los mercados de materias primas internacionales. Y a ver quién supera eso, ni tan siquiera los indicadores americanos y el S&P 500 que seguro que no le quedan lejos.
Y es que el oro es el gran vencedor en lo que va de año en los mercados refrendando su enorme capitalización, ya que, recordemos, es el activo más valioso con 29,378 billones frente a los 4,5 deNVIDIA. En concreto, alcanza ahora, con su revalorización acumulada en lo que llevamos de año, una ganancia del 60,10%, con una progresión en los últimos tres meses que roza el 15%. Es decir, está a punto de marcar su mejor ejercicio desde 1979.

Pero la gran pregunta es si, a pesar de los niveles alcanzados el oro puede seguir subiendo en 2026.
Y es opinión casi unánime: sí, lo puede seguir haciendo. sobre todo, como indica el informe sobre sus perspectivas para el año próximo que elabora el World Gold Council por la persistencia de la incertidumbre geoeconómica. Se trata del factor que, por encima de todos o en connivencia con el resto, más ha acelerado su subida en un año en el que, paradójicamente, el riesgo, como hemos visto en los mercados de renta variable, ha funcionado de maravilla.
Destacan en el informe que "el precio del oro refleja en gran medida las expectativas macroeconómicas y podría mantenerse dentro de un rango si persisten las condiciones actuales. Sin embargo, a juzgar por lo ocurrido este año, es probable que 2026 siga sorprendiendo".
A pesar de ello, son prudentes desde el WGC indicando que el precio del oro oscilará en un margen de entre el más menos 5%.
Y marcan diferentes escenarios para evaluar su potencial evolución. El primero pasa porque "si el crecimiento económico se desacelera y las tasas de interés siguen bajando, el oro podría registrar ganancias moderadas". Con este escenario el aumento de su precio podría oscilar al alza entre un 5 y un 15%, con los inversores orientados hacia activos defensivos.

El segundo porque "en una recesión más severa, marcada por el aumento de los riesgos globales, el oro podría tener un buen desempeño". Hablamos de crecimiento del coste de la onza de entre un 15 y un 30%, con recorte de tipos más agresivos, caída de los rendimientos del bono del Tesoro y búsqueda de activos de refugio seguro.
Y el tercero, con otro entorno, "con un resultado positivo de las políticas establecidas por la administración Trump se aceleraría el crecimiento económico y se reduciría el riesgo geopolítico. Esto se traduciría en tasas más altas y un dólar estadounidense más fuerte, lo que presionaría al oro a la baja".
Y las caídas podrían oscilar entre un 5 y un 20%, sobre todo si se revierte el actual posicionamiento de los inversores y la debilidad de los bancos centrales, los grandes impulsores, con sus compras de la situación actual.
Destacan además que hay otras razones que influyen. Indican que "factores adicionales, como la demanda de los bancos centrales y las tendencias de reciclaje de oro, también podrían influir en el mercado. Y lo que es más importante, el papel del oro como diversificador de cartera y fuente de estabilidad sigue siendo clave en medio de la continua volatilidad del mercado".
Una razón a tener más que en cuenta si tenemos en cuenta que todas y cada una de las estimaciones que maneja el mercado pasan porque la volatilidad, especialmente ante los movimientos que pueda realizar Trump, desde los referidos a los movimientos en la Fed como en los estímulos fiscales previstos para 2026, que revertirían claramente en el precio del oro en los mercados de commodities.
En cuanto a otras estimaciones, desde ING son cautos con el futuro del coste del oro en los mercados internacionales. A pesar de que optan por subidas del precio por varios factores, como la continuación de la guerra comercial de Trump, los riesgos geopolíticos que siguen siendo elevados, las tenencias de ETF que siguen expandiéndose y a que las expectativas de nuevos recortes de tipos de la Fed se intensifican, su expectativa marca 4.325 dólares por onza para 2026.

En el caso de Goldman Sachs, sus expectativas pasan porque llegue a 4.900 dólares como máximo el próximo año. Las razones con que lo justifican, el aumento de las compras de los bancos centrales y la continuación de los recortes de tipos de la Reserva Federal que podrían elevar la inflación.
Para Bank of America, los 5.000 dólares por onza podrían superarse ante el aumento del gasto que elevará el déficit en Estados Unidos y a las políticas macroeconómicas que desde la entidad consideran 'poco ortodoxas' de Donald Trump.

