Microsoft parece que está viviendo su propio culebrón más fuera que dentro del mercado. Pero no ayuda. Estar en las primeras páginas de la prensa mundial a cuenta de las desavenencias internas en el Consejo que llevaron según The Wall Street Journal a hacer incompatible la presencia del fundador de la compañía en su seno. Y su salida se saldó en marzo del año pasado, oficialmente, por su deseo de volcarse en sus actividades filantrópicas, las de su fundación.
Pero parece que su relación considerada como “inapropiada” con una empleada de la empresa colmó el vaso, tras varios episodios parecidos, incluso por su relación con el pederasta Jeffrey Epstein. Todo ello desde 2019, hasta que dejó la compañía. El marketing, el dinero y las relaciones públicas lo han tapado hasta ahora, ya que, desde fuera se vendía la imagen idílica en la Fundación de Bill y Melinda Gates.
En el caso de las acciones, parece que la empresa hizo lo correcto en pleno apogeo del #MeToo y el valor no se ha resentido, más allá de su imagen. En el mercado el valor sube un 1,70% en los últimos cinco días, pierde un 4,30% en el último mes. En el trimestre avanza un 2,57% y en el semestre precedente, sus ganancias alcanzan el 17,5% para el valor. Ya en lo que va de año recupera, tras los resultados un 11,13%.
Con bastantes novedades, el grupo trata de superar el “no” de Discord ante la oferta de la compañía de software y de implementación en la nube que puso encima de la mesa 10.000 millones y un mes de negociaciones para comprarla. Su CEO dice que quieren seguir siendo independientes. Y tanto, porque el grupo ni tiene publicidad en su aplicación de chat de texto, video y audio, ni vende los datos de sus clientes. Son sus clientes a través de suscripción, los que sufragan a la empresa.
Entre esas novedades destaca que acaba de señalar que va a implementar la actualización de su sistema operativo Windows10, ya que sigue siendo el más usado en pandemia, un 59%. Esta vez no introducirá numerosas funciones nuevas que hay que aprender a manejar sino mejoras de calidad importantes. Un negocio que reporta a la compañía nada menos que el 14% de sus ingresos.
La segunda es un adiós: dentro de un año, en junio de 2022, Internet Explorer dejará de existir. El futuro, dicen, está en Microsoft Edge. Aunque se compromete a dar soporte hasta 2029, con compatibilidades que se basan en los estándares de Internet Explorer. La famosa “e” se apagar, aunque nunca terminó de hacerle sombra a Google.
Y la última tiene que ver con España, aunque la noticia ha dado la vuelta al mundo. Es el acuerdo entre LaLiga y Microsoft para aumentar los ingresos de los clubes de fútbol, muy impactados por la pandemia, afectados además por la caída de los derechos televisivos. El desarrollo de productos digitales, con cada vez mayor consumo por parte de los aficionados abre un mercado de 450 millones de euros, que compensaría la caída de sus ingresos globales. Hablamos de repeticiones en 3D, realidad aumentada o ángulos diferentes en la visión de los partidos.
Los indicadores premium de Estrategias de Inversión nos marcan una puntuación total para Microsoft de 6 puntos de los 10 totales para el valor. Con la tendencia alcista a largo plazo, el momento total, tanto lento como rápido, positivo y el volumen a largo plazo, creciente. En el lado negativo vemos como la tendencia a medio plazo es bajista, el volumen de negocio a medio plazo se muestra decreciente y el rango de amplitud, la volatilidad del valor, a medio y a largo plazo también es creciente.