Si la semana pasada hablábamos del carry trade, como estrategia propicia en los mercados cuando la volatilidad es reducida, en esta ocasión, y en respuesta a las peticiones que he recibido por parte de algunos de vosotros, voy a dedicar unas líneas a explicar las herramientos que existen para cubrir el riesgo de fluctuación de los tipos de cambio, algo que es vital para aquellas empresas que se dedican a la importación o exportación.
Después de encadenar varios años de sólido crecimiento, la deuda emergente está sufriendo este año debido al repunte de las curvas de tipos de interés. Si bien en las últimas semanas los bancos centrales, y en particular la Reserva Federal, han suavizado el mensaje de la retirada de los estímulos, lo cierto es que en el medio plazo es un escenario probable y que tendrá implicaciones sobre la renta fija de duración. En este sentido, esta semana Bernanke, en su comparecencia ante el Congreso, ha dejado claro que no se trata de realizar un ajuste monetario inmediato sino de flexibilizar la operativa en función de cómo evolucione el ciclo económico.
En un contexto económico como el actual, donde las divergencias entre países en materia de política monetaria empezarán a ser notables en un futuro no muy lejano, las ampliaciones de los diferenciales de tipos de interés constituirán un elemento determinante del comportamiento de los tipos de cambio.
El entorno de tipos de interés reducidos durante un largo período de tiempo en la presente década ha favorecido la expansión de la liquidez y el desarrollo de estrategias encaminadas a beneficiarse del apalancamiento en divisas con tipos de interés reducidos (como el yen japonés y el franco suizo) para invertir estos importes en activos con rentabilidades o expectativas de rendimiento superiores (commodities, renta fija privada de alto riesgo e incluso otras divisas). En el presente artículo me centraré en la estrategia de carry trade en divisas.
Lejos de ser un Consejo de Gobierno de transición como era de esperar, el Banco Central Europeo ha dado una nueva vuelta de tuerca a su estrategia de comunicación y ha sido más explícito que nunca mostrando sus intenciones en materia de tipos de interés.
La estrategia de salida planteada por la Reserva Federal ha tenido un impacto significativo sobre la curva de tipos de interés de Estados Unidos y, por efecto arrastre, sobre el resto de tipos a nivel mundial. Desde el 1 de mayo, el tipo a diez años ha repuntado 83 puntos básicos (desde el 1,63 al 2,46 actual), mientras que el tipo a dos años se ha tensionado 15 hasta el 0,34. Y es que si no hay sorpresas, y se confirman las expectativas de recuperación de la Reserva Federal, el escenario que nos espera de aquí en adelante es muy negativo para la renta fija con duración. Asimismo, un entorno de recuperación económica y de reactivación del ciclo económico a nivel mundial debería ser bueno para la renta variable global.
Estudiada la clasificación por países a partir de su PIB y de su población, es útil relativizar ambas variables para determinar una medida de riqueza relativa.
La confirmación de la estrategia de salida de la Reserva Federal (FED) ha terminado por provocar el sell off en los mercados y encender todas las alarmas, impulsando al índice S&P 500 a perder el soporte de los 1.600 puntos.
Durante las últimas cuatro semanas la situación del mercado se ha caracterizado por la inestabilidad y la volatilidad, una situación de estrés que no observábamos desde la crisis de deuda en España e Italia, con la salvedad de que en esta ocasión no ha habido activo refugio más allá de la liquidez. En estas semanas hemos asistido a un repunte generalizado de las curvas de tipos de interés, con primas de riesgo al alza, y fuertes caídas en bolsa, especialmente en emergentes. El enfriamiento de las expectativas de QE, o de inyecciones de liquidez por parte de otros bancos centrales, ha sido el catalizador de esta tendencia.
Además del PIB, la población es otro de los instrumentos que se utilizan para medir la importancia de una economía en el mundo, toda vez que es un elemento clave a la hora de establecer el crecimiento potencial de una economía en el medio y largo plazo.