Dadush, sin embargo, ha moderado su optimismo, ya que "las crecientes presiones inflacionistas, especialmente elevadas en el caso de alimentos y precios de la energía, están dañando a grandes segmentos de la pobreza alrededor del mundo", ha asegurado.Según el BM, el crecimiento de los países emergentes en los últimos años obedece, en parte, a la expansión de los flujos de capital, gracias a que los bancos extranjeros extendieron su presencia en estos países a través de adquisiciones y el establecimiento de afiliados locales."La presencia de bancos extranjeros en los países en desarrollo expande el acceso a los créditos así como a los servicios financieros, lo que implica mejora en la eficiencia e innovación para los bancos domésticos", ha subrayado el gestor de finanzas internacionales del BM, Mansoor Dailami."Sin embargo, el efecto de los 'shocks' de los mercados estadounidenses y europeos en los mercados de algunos países emergentes pone en relieve la necesidad de mayor y mejor coordinación en la regulación financiera, la distribución de liquidez y la gestión macroeconómica", ha explicado Dailami.El informe pone de relieve que los países con muchas necesidades externas de financiación son potencialmente más vulnerables al 'credit crunch' (crisis crediticia), particularmente en aquellos casos en los que estas inversiones han contribuido a la expansión del crédito doméstico."En 2007 y 2008, numerosos países de Europa y Asia Central y unos pocos de Latinoamérica, Caribe y África subsahariana están en riesgo", concluye el Banco Mundial.