El Brexit no marcó el fin del mundo a pesar de las terribles advertencias de los políticos y forjadores de políticas. Es interesante observar que el único momento en el que el mundo “se va para abajo” es cuando quienes votan, que supuestamente tienen el único poder real en una democracia, deciden en contra de las élites y el sistema. El concepto de los mercados libres está constantemente bajo ataque, desde los bancos centrales que implementan el “soporte a corto plazo para los mercados”, hasta los gobiernos que manejan todos los riesgos futuros a través de los bancos.
La decisio?n radical de Gran Bretan?a de dar la espalda a Europa resonara? inevitablemente durante el tercer trimestre y ma?s alla?, ya que debilita el discurso que formo? la base del continente desde la Segunda Guerra Mundial. Las consecuencias para el Reino Unido sera?n profundas, pero hay un contexto mucho ma?s importante. Bruselas ahora debe temer el efecto domino?, ya que la corriente anti-sistema une fuerzas y amenaza con revertir todo el proceso de integracio?n europeo.
Dejando atrás la decisión sobre el Brexit y los posibles escenarios macro que podemos ver a continuación, es hora de centrarse en el próximo evento de riesgo: las elecciones generales de EE.UU.
España ya ha arrancado su nueva campaña electoral, tras la falta de acuerdo para formar gobierno en las pasadas elecciones. En Estados Unidos, las primarias presidenciales prácticamente harán que veamos a Hillary Clinton y Donalds Trumps enfrentarse por el poder en las elecciones de noviembre. Mientras, Europa se divide cada vez más entre extremos de derecha e izquierda.
Si la FED sube tipos en junio, no será único el movimiento y tendrá que volver a tocarlos más adelante, pero a la inversa. Según Steen Jackobsen, economista jefe de Saxo Bank “las condiciones del mercado laboral están a punto de volverse más débiles”.
Es una gran ironía que en breve se celebre el referéndum sobre el Brexit, ya que en realidad el Reino Unido nunca se unió a la Unión Europea. En los años 1970 y 1980, recuerdo vívidamente cómo la señora Thatcher combatió con la Unión Europea para, al menos, liberarse de la unión desde el punto de vista financiero.
Por ahora, parece como si la élite política y los creadores de políticas monetarias hubieran comenzado un nuevo consenso “de nada” con el reciente encuentro del G20 en Shanghái, con la promesa de no manipular los tipos de cambio. Sin olvidar, además, la reunión anual del Fondo Monetario Internacional en Washington, que parece estar jugando incluso a atacar a los bajos tipos de interés. Pero ¿qué ha asustado tanto a la clase política y a los banqueros centrales?
¿Cómo explicamos el ascenso de Donald Trump, el riesgo de Brexit, el hecho de que Marie Le Pen cuenta con buenas posibilidades de convertirse en el próximo presidente de Francia, y la situación general de un mundo político en el que todos los gobernantes en ejercicio parecen a punto de ser derribados de sus escaños?
Estoy viendo gran cantidad de indicadores temporales y cíclicos que indican que el marzo será un mes desagradable y seguimos camino de ver un mínimo en el mercado a finales de marzo/abril.
Este fin de semana hemos visto al primer ministro británico, David Cameron, alcanzar un acuerdo con Europa, pero un acuerdo que se aleja de la ambición que mostró en su llamado "Discurso Bloomberg" en 2013: "repatriación de poder" y la reforma "fundamental".