Los tipos de interés de intervención que fijan las autoridades monetarias (Banco Central Europeo, Reserva Federal de EEUU, etc.) son los precios de la materia prima con la que trabajan los mercados financieros: el dinero. De ahí su importancia a la hora de entender y anticipar los movimientos de los mercados, tanto de renta fija como de renta variable y divisas.
La corrección de los indicadores PMI en el Área euro en marzo es una buena muestra de la delicada situación de la economía de la zona, y confirma una nueva contracción del PIB en el primer trimestre de 2013.
Los indicadores de sentimiento tienen una elevada utilidad. Su principal ventaja es que se conocen rápidamente. Así por ejemplo, el PMI de manufacturas se conoce la primera semana desde que termina el mes, mientras que la producción industrial no se conoce hasta dos meses después. Se pueden agrupar en dos categorías: índices de confianza del consumidor e índices de confianza empresarial.
Los bonos convertibles son un híbrido entre los títulos de renta fija convencional y la renta variable. La explicación es bien sencilla: por su tipología (en el vencimiento del bono convertible se suele devolver acciones en lugar del nominal) es un activo que permite capturar de forma parcial las subidas en renta variable del subyacente, con niveles de volatilidad muy inferiores a los típicos del mercado bursátil. Asimismo, durante fases correctivas en los mercados de acciones, la parte de renta fija actúa como soporte y contiene las pérdidas.
El análisis y seguimiento de los indicadores de coyuntura nos permitirá responder a cuestiones como “¿por qué reaccionó la bolsa de ese modo tras la publicación de los datos de empleo?”, “¿cómo reaccionarán los inversores ante los datos de ventas al por menor?”, “¿qué está entendiendo el mercado que va a pasar si antes de un anuncio de subida de los tipos de interés por parte del BCE, la curva de tipos de interés se aplana”?
En el mundo de los fondos de inversión nos encontramos con dos tipos de gestión, por un lado la gestión pasiva (aquel estilo de gestión que trata de replicar la evolución de un índice de referencia o benchmark), en donde la contribución del gestor es mínima, y por otro lado la gestión activa, en donde la aportación del gestor es clave (busca batir al índice de referencia).
El ciclo económico se caracteriza por la alternancia de fases de aceleración (recuperación y auge) y desaceleración (recesión y depresión). La evolución del ciclo no es errática, responde a una lógica. En todo caso no está predeterminado ya que no hay dos ciclos iguales ni en amplitud ni en duración.
Las sorpresas negativas desde la esfera de los resultados empresariales y la incertidumbre política en algunos países de la periferia europea, ha provocado cierto giro a la baja en activos de riesgo después de unas primeras semanas de año que fueron positivas.
El nivel de empleo de un país es una variable macroeconómica de gran importancia, no sólo por su componente social, sino también por su vertiente económica ya que es un factor que influye directamente en el nivel de consumo y, en consecuencia, en el PIB.
Después de un comienzo de año muy bueno para los activos de riesgo, los mercados han cambiado de dirección desde las últimas semanas de enero, con correcciones en renta variable, renta fija corporativa y, especialmente, en renta fija emergente.