Los seis primeros meses de 2017 han sido, en general, positivos tanto para la economía, como para los mercados financieros, con ganancias de doble dígito para Wall Street, los principales emergentes y, a vueltas con el riesgo político, algo más modestas para Europa (a excepción del Ibex y la Bolsa italiana).

Con todo, el peor escenario en torno a este “súper año electoral” en el Viejo Continente no se ha materializado, y los temores por los denominados populismos se han reducido a la mínima expresión. Así las cosas, más allá de las turbulencias del crudo y la remontada del euro que, de momento, que no se han correlacionado con la renta variable, no son pocos los participantes del mercado que se toman un merecido descanso este verano…

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Ahora bien, para estar preparados de cara a la segunda mitad del partido, Ann-Katrin Petersen, estratega de inversión de Allianz Global Investors, recomienda a los inversores plantearse (o tener presentes) tres cuestiones claves:

¿Continuarán prevaleciendo las fuerzas del crecimiento?

“La creencia de que el crecimiento a corto plazo continúa parece ser uno de los principales catalizadores de las alzas bursátiles. Y, de hecho, la economía global está experimentando un repunte”, explica. Sin embargo, reconoce, un aumento del ritmo de mejora “parece poco realista. De hecho, hay señales de que las noticias positivas inesperadas están disminuyendo. Al mismo tiempo, cada vez se pondrá más atención en el dispar comportamiento entre países. Con todo, a nivel regional, la salud de la Zona Euro sigue destacando, por ahora”.

Inflación al alza: ¿seguro?

Los precios, apunta Petersen, fluctúan entre efectos temporales y tendencias lentas. Mientras, el incremento del IPC asentado sobre la subida del precio del petróleo el año pasado parece disolverse. Al mismo tiempo, la reducción del desempleo en los principales países desarrollados no ha dado lugar a una presión al alza sobre los salarios. Por tanto, concluye, “los bancos centrales siguen a la espera, pacientes, después de todo el escenario de reflación (crecimientos e inflación moderados) se mantiene intacto”.

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¿Serán los bancos centrales capaces de ejecutar su cambio de dirección correctamente?

Así las cosas, aunque a debilidad de los precios preocupa tanto a la Reserva Federal (Fed), como al Banco Central Europeo (BCE) o al Banco de Japón (BoJ por sus siglas en inglés), la experta de AllianzGI cree que “su estrategia sigue siendo clara: retorno gradual a la política monetaria normal, lo que no debe ser confundido con más estricta. Los tipos suben en Estados Unidos, pero siguen bajos comparados con la inflación. Además, aunque el banco central norteamericano quiere reducir su balance, este es enorme… Mientras, en la Zona Euro, apenas se está avanzando lentamente hacia una reducción del programa de compra de activos (QE)”.

En cualquier caso, la volatilidad que impriman las autoridades monetarias al mercado “dependerá principalmente de cuan cuidadosamente gestionan las expectativas respecto a sus estrategias de salida, lo que ha quedado demostrado por la reciente apreciación del euro”.

De momento, concluye, la macro positiva seguirá impulsando a las Bolsas, ahora bien, estas tres cuestiones “plantean la duda de si los mínimos históricos de volatilidad están justificados”. Estas condiciones de mercado, añade, “requieren la habilidad y la intuición de una gestión activa, para aprovechar las oportunidades derivadas de las fluctuaciones y disparidades entre los países”. 

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