"La economía europea está creciendo y los inversores están adquiriendo más confianza en la capacidad de las empresas europeas para impulsar la rentabilidad y el valor para los accionistas", señala BorjaAstarloa, jefe de inversiones de la división de banca privada de JP Morgan.

"Los gestores de fondos esperan que el crecimiento global y los beneficios empresariales sean robustos durante los próximos 12 meses; además, los flujos de inversión hacia Europa han repuntado este año. De hecho, las cifras publicadas en mayo por Eurostat revelan que el PIB de la Zona Euro aumentó a una tasa anualizada del 2% en el primer trimestre, lo que representa un ritmo de crecimiento más rápido frente al 0,7% de Estados Unidos. Los indicios apuntan hacia una mayor aceleración en el segundo trimestre".

El repunte de la inflación, las materias primas y la actividad global ha conducido a una mejora de los ingresos en la región y ha supuesto una gran contribución del apalancamiento operativo al crecimiento de los beneficios por acción.

Las políticas monetarias oficiales siguen apoyando el crecimiento y el Banco Central Europeo (BCE) ha mantenido su tipo de interés principal en el 0% y el que paga por las reservas bancarias en -0,4%.

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Además, si bien el riesgo político en Europa ha preocupado a los inversores a lo largo de 2016 y 2017, el riesgo de una deriva populista ha disminuido tras las elecciones presidenciales francesas. El resultado fue un acontecimiento fundamental en la política francesa y positivo para los mercados bursátiles europeos.

Mejor conjunto de oportunidades en Europa que en Estados Unidos

Según explica Astarloa: "La renta variable de la Zona Euro ha superado a los mercados estadounidenses este año, lo que refleja un mejor conjunto de oportunidades. Tras varios años de ausencia de crecimiento de los ingresos, la región parte desde muy abajo y la brecha entre los márgenes estadounidenses y europeos se ha ampliado considerablemente en los últimos diez años. Los márgenes europeos se han desvinculado de los estadounidenses por razones cíclicas y estructurales, y consideramos que los reducidos márgenes de Europa representan una oportunidad. Si pueden expandirse en 2017 y 2018, la región puede estar preparada para lograr un crecimiento sostenible de los beneficios por primera vez en diez años".

Un cambio en el comportamiento corporativo también proporcionará confianza a los inversores, demostrando que las empresas son capaces de mantener sus beneficios a largo plazo. "Creemos que un mayor énfasis en la simplificación de la estructura corporativa, abordar los problemas de las empresas poco rentables, una evaluación comparativa más estricta y un mayor intercambio de las mejores prácticas podrían aumentar significativamente los márgenes. Es alentador que las empresas europeas vuelvan aparentemente a hacer hincapié en el valor para los accionistas. Muchos sectores en Europa siguen estando extremadamente fragmentados y es probable que se produzcan fusiones y adquisiciones porque las empresas tratan de afilar el enfoque y profundizar su penetración del mercado. Cuando los mercados se consolidan, generalmente se produce una mejora en las rentabilidades financieras de todo el sector", apunta este experto.

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En toda Europa, muchas empresas han abrazado la investigación y el desarrollo, la tecnología y la innovación para impulsar el posicionamiento premium con un producto de calidad y un servicio al cliente en consonancia. A causa de las leyes laborales más estrictas, la automatización se ve a menudo como esencial para aumentar la productividad, al tiempo que reduce los costes, y estas tendencias han sido especialmente evidentes entre las empresas más pequeñas.

De acuerdo con Astarloa, "el beneficio financiero de estas inversiones ha quedado oculto hasta ahora por el débil entorno para los ingresos. Con la vuelta de la inflación, los productos premium deberían ser capaces de impulsar un mayor poder de fijación de precios. Los aumentos de precios tienden a influir directamente en los resultados y mejorar el apalancamiento operativo".

Así, concluye: "Como sede de muchas de las principales empresas internacionales, creemos que Europa ofrece una fuente excelente de oportunidades atractivas de inversión. La clave es identificar aquellas empresas que están bien gestionadas y tienen la posición competitiva y la visión para aumentar sus beneficios de cara al futuro".

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