Esta operación ayudaría al gobierno británico a encontrar un modo de reducir la carga sobre los contribuyentes y a evitar una distorsión del mercado hipotecario como consecuencia del control estatal sobre el quinto mayor banco del sector en el Reino Unido, publica The Guardian. El rotativo señala que el Tesoro es reacio a que Northern Rock sea propiedad estatal durante un periodo prolongado, al considerar que el gobierno carece de experiencia para gestionar un banco, en particular uno que amplió su cartera hipotecaria de una forma tan agresiva en los meses finales del boom inmobiliario.