La Reserva Federal de Kansas City acogerá esta semana (25-27 de agosto) en el parque nacional de Grand Teton el tradicional simposio económico anual en Jackson Hole, que este año llevará por título ‘Revisando las limitaciones de la economía y la política monetaria’ (‘Reassessing Constraints on the Economy and Policy’).
El simposio de este año marca la primera conferencia en persona desde 2019, después de que la pandemia obligase a realizar por medios telemáticos las ediciones de 2020 y 2021. Además, el plato fuerte de las jornadas, el discurso el viernes del presidente de la Fed, Jerome Powell (16:00 hora española), se transmitirá por primera vez en vivo. En todo caso, será una de las últimas oportunidades del mercado para descifrar el rumbo futuro de la política monetaria entes de la reunión de la Fed del próximo mes (21 de septiembre). El mercado se debate entre una subida de 50 puntos básicos de los tipos de interés u otra más agresiva de 75 puntos.
Tal y como señala a Estrategias de Inversión Araceli de Frutos, de Araceli de Frutos EAFI, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, “previsiblemente nos dará pistas adicionales sobre cómo será el ritmo de subidas de tipos para el mes de septiembre”. En las últimas semanas, referencias macro como el IPC relajándose o la fortaleza del mercado laboral han llevado al mercado a ponerse en “modo ralentización” del ritmo de subidas de tipos, descontándose en más del 60% en el mercado una subida de 50 puntos básicos.
Sin embargo, la experta recuerda que “Powell se juega un poco su prestigio” en la lucha contra una inflación que todavía sigue alta, por lo que a juicio de Frutos “posiblemente en septiembre serán 75 puntos básicos” de subida.
“La sorpresa positiva del IPC de julio (+8,5% en julio) y el tono más suave de las últimas Actas han moderado las expectativas de futuras subidas”, coinciden los analistas de Bankinter en un informe, “pero creemos que la Fed mostrará todavía una postura más bien hawkish (dura) porque la macro americana aguanta mejor de lo esperado, especialmente el empleo, y la inflación sigue muy alejada del objetivo”.
“La Fed tratará de enfriar las expectativas de un mercado tal vez complaciente, que dificulta los mecanismos de transmisión de su política monetaria. Resulta llamativo que varios miembros (Kashkari, Evans, Daly o Bullard) hayan reiterado recientemente la necesidad de aplacar la escalada de precios a través de nuevas subidas, que podrían situar los fed funds en 4%, o superior, a finales de 2023.
Pero lo cierto es que el grado de incertidumbre es muy elevado. En una nota a los clientes el viernes, Andrew Hunter, economista senior para EEUU en Capital Economics, escribió que los recientes acontecimientos económicos probablemente estén preparando la mesa para una subida de tipos del 0,50% en septiembre.
“En la medida en que estos acontecimientos se anulen mutuamente, seguimos esperando que la Fed suba los tipos en 50 [puntos básicos] el mes que viene”, escribió Hunter. “No parece que haya mucha necesidad de que el presidente Jerome Powell ajuste las expectativas cuando hable en Jackson Hole el próximo viernes”.
¿Cómo puede reaccionar el mercado?
Lo cierto es que el clima de incertidumbre contribuye a que el mercado esté año especialmente atento a los anuncios de Powell. Los mercados en general, y Wall Street en particular, se han convertido en una auténtica montaña rusa este año, pasando de los máximos históricos de noviembre de 2021 a un profundo mercado bajista ante el miedo a que la batalla de los bancos centrales contra la inflación provoque una recesión mundial.
En las últimas semanas, las esperanzas de que la Fed baje el ritmo a 50 puntos básicos habían alimentado un rebote de las acciones, pero poco a poco los inversores parecen estar pensando que quizás han sido demasiado optimistas. Este año, de momento Wall Street ha iniciado la semana con las alarmas encendidas, con caídas del S&P 500 el lunes del entorno de un 1%.
Jackson Hole se celebra tradicionalmente en la última semana de agosto y la experiencia de otros años muestra que suele suponer un motor de Wall Street, hacia un lado o hacia otro. El año pasado, por ejemplo, el S&P 500 cerró la semana del simposio con una subida de un 1,5%. Más positivo fue incluso 2020, con una subida en la semana de un 3,2% para el índice neoyorquino, que se anotó además un pleno de subidas.
Sin embargo, en 2019, el último año antes de la pandemia, la semana de Jackson Hole se cerró con un descenso de un 1,4% para el S&P 500 después de que solo el viernes se registrasen caídas de un 2,60%.