Creemos que durante el verano hemos de estar atentos a tres cuestiones fundamentales. En primer lugar, el Brexit, que podría traer consigo efectos negativos que en parte han sido olvidados por los inversores.
En cuanto a la renta variable, seguimos convencidos que las acciones europeas, y en particular las de la zona euro, tienen potencial de revalorización. El ciclo continúa cogiendo fuerza y las compañías siguen beneficiándose de un euro débil, de débiles precios de las materias primas, de la recuperación económica y de unos reducidos costes laborares unitarios.
Octubre ha sido un mes muy positivo para los activos de riesgo en general y para los mercados de renta variable en particular que han registrado su mejor recuperación desde abril de 2009.
Los mercados de valores perdieron más terreno en septiembre debido a las preocupaciones sobre la desaceleración del crecimiento mundial (impulsado por la debilidad de los países emergentes), la incertidumbre generada después de que la Fed mantuviera sin cambios los tipos de interés y el escándalo Volkswagen.
La gran magnitud del rebote que han vivido los mercados de renta variable europea en lo que llevamos de año (sobre todo en la eurozona con baja volatilidad) ha vuelto a poner sobre la mesa la eterna preocupación acerca de que los precios no pueden subir siempre.
Hace algo más de un mes, el BCE presentó un programa de QE mucho más grande de lo que los inversores esperaban.
El shock que están sufriendo los precios del petróleo en los últimos meses sigue siendo impresionante, pero no ha logrado generar entusiasmo en el mercado.
Rara vez los mercados han sufrido tanto volatilidad como en octubre sin que existiese un acontecimiento importante que la desencadenase. Y sin embargo, se desató la tormenta, alimentando grandes cantidades de malas noticias para las economías europeas, una postura bastante alarmista sobre los riesgos económicos adoptada por el FMI y la apreciación del dólar.
Septiembre terminó con una situación de calma en los principales mercados: el S&P 500 prácticamente no ha experimentado cambios, el Eurostoxx 50 ha subido ligeramente y se han producido pocas tensiones en el mercado norteamericano de bonos.
Preferimos la renta variable frente a la liquidez por las siguientes razones: la recuperación económica se está volviendo más sincrónica; los bancos centrales, incluida la Fed, mantendrán una política acomodaticia, la valoraciones de la renta variable con respecto a los bonos son más atractivas, el ampliamente esperado ciclo global en M&A parece que al fin está teniendo lugar.