Más allá de su papel como ‘refugio seguro’ y la mejora macro experimentada por Estados Unidos, mucho más adelantado en el ciclo que la Zona Euro, el mayor respaldo para el dólar en los últimos años ha sido la divergencia de tipos entre ambos lados del Atlántico. No en vano, en 2014, la Reserva Federal (Fed) ya había eliminado su programa de compra de activos (QE), y el del Banco Central Europeo (BCE) estaba plenamente inmerso en el suyo propio, experimentando al mismo tiempo con los tipos negativos.

Actualmente, la autoridad monetaria europea comienza a plantearse la retirada de estos estímulos y la americana ya ha arrancado las subidas en el precio del dinero. Deutsche AM espera que la primera anuncie el fin de su QE en los próximos meses y que éste arranque en algún momento en 2018.

La firma considera que las previsiones del consenso en este sentido son demasiado optimistas, “lo que podría suponer una decepción para el euro. En nuestra opinión, los inversores en dólares tienen ventaja en este sentido, y ésta podría aumentar si la Fed aumenta más los tipos. Así pues, el diferencial de tipos continúa favoreciendo al ‘billete verde’”.

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Otro factor es la estabilidad política, tras el Brexit parecía que el futuro de la Unión Europea (UE) y, por ende, de la Zona Euro, estaba comprometido, sin embargo, la victoria de Emmanuel Macron en Francia dio un giro a la situación y relajo las tensiones en torno al euroescepticismo y el denominado populismo. Por el contrario, la realidad política norteamericana, con la Administración Trump incapaz de poner en marcha su reforma sanitaria, lo que pone en duda la fiscal y las inversiones, ha decepcionado las elevadas expectativas.

Así las cosas, estos expertos se pregunta si el factor político apoya al euro: “No creemos que ese sea el caso actualmente pero, al menos tampoco respalda al dólar”. Al mismo tiempo, frente al fuerte mometum macro de la Zona Euro, el ciclo estadounidense parece debilitarse.

En resumen, “la fortaleza del euro frente al dólar parece justificada, en comparación con la situación de hace uno o dos años. Sin embargo, somos escépticos de que sólo estos factores expliquen la velocidad y la fuerte caída del billete verde. Creemos que un posicionamiento desigual del mercado ha ampliado la tendencia”.

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Con esto en mente, “parece que la mayor parte del ajuste de posiciones ha pasado y los mercados probablemente estén equilibrados actualmente. A largo plazo, reconocemos que era previsible cierto debilitamiento del dólar (…) ante el masivo movimiento, no obstante, vemos espacio para que se produzca un giro desde los niveles actuales”.