La segunda entidad financiera de Pennsylvania, en la que el Santander controla un 24,99% del capital social, explicó que "prevé que el deterioro en el escenario de créditos al consumo y la volatilidad en los mercados de crédito y de valores respaldados por deuda hipotecaria tengan un impacto negativo en sus cuentas del tercer trimestre". La entidad explicó que de estas provisiones, aproximadamente 50 millones de dólares corresponden a posibles pérdidas en su cartera de préstamos de vivienda, de la que se ha desprendido en su mayor parte, a excepción de 491 millones de dólares (349 millones de euros) en su mayoría préstamos 'non-prime' que no pudo vender en los mercados, mientras que otros 40 millones de dólares están relacionados con la cartera de financiación de compra de automóviles y el resto se corresponde con la exposición de la cartera de créditos comerciales de la entidad, principalmente en los relacionados con constructoras y promotoras inmobiliarias.Por otra parte, el banco se anotará cargas por importe bruto de unos 35 millones de dólares (24,9 millones de euros) por las pérdidas registradas en préstamos a entidades hipotecarias que se han declarado en bancarrota o han incumplido sus obligaciones de pago, así como por el reajuste negativo en el valor de determinados préstamos que estaban dispuestos para ser vendidos.