La agencia anunció ayer que está estudiando revisar a la baja la calificación del principal banco suizo, aunque ha matizado que no cree que el recorte será superior a un escalón. Actualmente, UBS tiene un ráting de largo plazo de "Aa3" y uno de fortaleza financiera de "C/A3", equivalentes a un juicio de calidad medio-alta.

Ayer UBS avisó al mercado de que había descubierto que las operaciones incontroladas de un trader le habían procurado unas pérdidas todavía para cuantificar, pero que rondarían los 2.000 millones de dólares (unos 1.460 millones de euros). Moody's afirma que este acontecimiento pone en entredicho la calidad del control de riesgos en UBS.

El principal problema para el banco, según Moody's, no son las pérdidas sufridas. "Creemos que unas pérdidas de esta magnitud puede ser gestionada por el grupo, gracias a su posición de liquidez y su solvencia. Pero el acontecimiento pone en duda la capacidad del grupo para reconstruir con éxito sus operaciones de banca de inversión", afirman los analistas de la agencia de calificación.

Moody's cuestiona la capacidad de los gestores de UBS para incrementar los ingresos de la banca de inversión en un adecuado entorno de riesgo controlado, lo que podría afectar la rentabilidad de todo el grupo. Por si fuera poco, el fraude destapado ayer supone un fuerte riesgo reputacional para UBS, que podría deteriorar las relaciones con sus clentes de Banca Privada y afectar el negocio de Gestión de Patrimonios.

La agencia de calificación recuerda que en los últimos años "·hemos seguido expresando preocupación sobre la capacidad de los gestores de desarrollar una sólida cultura de riesgo y un marco de controles efectivos, mientras al mismo tiempo buscaban recuperar la posición del banco en algunos segmentos de mercados".

Según publicó ayer el Financial Times, el operador que presuntamente habría provocado las pérdidas de UBS sería Kweku Adoboli. El hombre, de 31 años y director de fondos cotizados (ETF) en la City, fue arrestado ayer.