Una vez finalizado el recuento de votos, la elección de Emmanuel Macron como el 25º presidente de Francia podría interpretarse como un triunfo de la moderación política y los estrategas y gestores de varias de las boutiques que forman parte de BNY Mellon Investment Management (Newton, Insight, Alcentra, Standish y The Boston Company[1]) esperan que los mercados reaccionen en consecuencia.

Peter Hensman, estratega global en el equipo de Real Return de Newton, señala que, aunque es probable que gran parte del efecto positivo de la victoria de Macron ya esté descontado, muchos anticiparán nuevos avances ahora que se conoce el resultado. «El euro se perfila como uno de los principales beneficiarios de que el temor de los mercados a la propagación del populismo se haya disipado», explica el experto.

Para Hensman, las credenciales centristas y proeuropeístas de Macron resultan claramente positivas para los inversores, al igual que la expectativa de que lleve a cabo reformas moderadas y favorables al mercado que podrían contribuir a flexibilizar el mercado laboral francés.

Mark Bogar, gestor de renta variable europea en The Boston Company Asset Management, destaca que los inversores están claramente satisfechos con las posiciones políticas de Macron y con su idea de reforzar el papel de Francia dentro del euro. El gestor considera que la rotación hacia los valores financieros y los sectores cíclicos que comenzó tras la primera vuelta de las presidenciales francesas debería continuar en las próximas semanas.

«Los indicadores económicos adelantados de la eurozona, como los índices de gestores de compras (PMI), han mantenido el buen tono durante la mayor parte de los últimos 18 meses y han ganado fuerza últimamente. Esta mejora constante de la economía empieza a traducirse en un mayor crecimiento de los beneficios corrientes, así como en una mejora de las estimaciones. En este entorno, vemos probable que sectores como el industrial, el de materiales, el de consumo discrecional y ciertos segmentos de tecnologías de la información registren un mejor comportamiento, mientras que los sectores defensivos como consumo básico, suministros públicos (utilities), salud y servicios de telecomunicaciones podrían quedarse rezagados si aumenta el apetito por el riesgo», asegura.

Para Paul Hatfield, director mundial de inversiones en Alcentra, la victoria de Macron supone un nuevo estímulo para unos mercados ya de por sí muy activos que, efectivamente, descontaban el resultado. «Ahora que el populismo prácticamente ha muerto en Europa, el sentimiento de los inversores debería continuar mejorando y alimentar el apetito por el riesgo. Macron ha declarado que quiere impulsar la unión bancaria en Europa. Si logra generar momentum en esta área, los bancos se verán más presionados para consolidar y sanear sus balances, lo que podría generar oportunidades para los compradores de préstamos fallidos», afirma.

Gareth Colesmith, gestor de carteras sénior en Insight Investment, también cree que la victoria de Macron resultará positiva para la economía francesa y para la estabilidad de la UE. «Durante la campaña, Macron ha defendido la aplicación de reformas favorables a las empresas, lo que, combinado con su firme compromiso con las políticas proeuropeístas, será muy bien recibido por los mercados y fomentará la confianza en la estabilidad de la unión».

¿Y qué pasa ahora?

Como señala Rebecca Braeu, directora de análisis y estrategia soberana en Standish, las legislativas del próximo mes de junio representan la siguiente gran cita electoral en Francia, ya que determinarán la capacidad del presidente Macron para llevar a cabo su agenda reformista.

«En el mejor escenario para el mercado, En Marche! –el partido de Macron, fundado en 2014– obtendrá una mayoría parlamentaria, lo que le otorgaría un mandato claro para acometer reformas estructurales que contribuyan al crecimiento. En este escenario, estimamos que la prima de riesgo de la deuda francesa podría reducirse en unos 20 puntos básicos frente al bund alemán por la mejora de las perspectivas de crecimiento. En otros escenarios, Macron gobernará en minoría o en coalición, dos situaciones que rebajan las probabilidades de que se aprueben reformas favorables al mercado, por lo que el estrechamiento de los diferenciales será inferior».

Colesmith (Insight) también cree que la atractiva prima que ha venido ofreciendo la deuda soberana francesa por el riesgo político se reducirá. «Dadas las positivas perspectivas políticas, la deuda gubernamental francesa podría continuar ofreciendo cierto valor frente a la alemana».

El economista jefe de Standish, Vincent Reinhart, abunda en el tema de la agenda reformista de Macron. «El nuevo presidente francés se propone rebajar los impuestos sobre el trabajo, mejorar la educación y aumentar el gasto en defensa pero, sobre todo, es un europeísta convencido. La estrategia económica de Macron incluye un ‘nuevo modelo de crecimiento’ que prevé inversiones por valor de 50.000 millones de euros a lo largo de los próximos cinco años. Además, se ha propuesto reducir el gasto público en 60.000 millones al año en ese periodo y es favorable a un parlamento de la eurozona. Aunque aún no se conocen todos los detalles sobre sus prioridades, la tesis general está clara: proeuropeísta y favorable a las empresas, como le gusta el mercado».

Paul Brain, responsable del equipo de renta fija de Newton, identifica algunos de los obstáculos que tendrá que superar Macron tras su llegada al Palacio del Elíseo. En opinión del experto, una de las principales barreras podría ser la falta de apoyo parlamentario para un candidato que lleva relativamente poco en política.

«En esta ocasión, nos parece que la situación es más complicada de lo que sugiere el resultado, por lo que creemos que se mantendrá la incertidumbre. Tras las impulsivas reacciones que siguieron a la victoria de Trump en Estados Unidos, ha quedado claro que lo que el mercado cree a menudo dista mucho de lo que realmente puede hacer un nuevo gobierno. La inminente celebración de elecciones legislativas en Francia genera más incertidumbre, al igual que la falta de track record político de Macron».

«Dicho de otro modo, la situación nos recuerda a la famosa expresión francesa “plus ça change, plus c'est la même chose”. Gente nueva, nuevas promesas y los mismos problemas de siempre».