La caída de abril agudiza la tendencia negativa de este indicador, que en marzo ya retrocedió un 9,5 por ciento, y se trata ya del peor período desde la crisis financiera que vivió Asia a finales de la década de 1990.

De hecho, en el acumulado de los cuatro primeros meses de 2009 la inversión directa extranjera fue 27.670 millones de dólares (20.350 millones de euros), un 21 por ciento inferior al primer cuatrimestre del año anterior.

El Ministerio de Comercio chino achacó el bajón a las decisiones tomadas por las compañías internacionales de cancelar o posponer las inversiones en el país asiático a causa de la crisis financiera y económica.

Pekín es plenamente consciente que la inversión extranjera es vital para lograr el objetivo oficial de crecimiento económico del 8 por ciento para 2009.

Por ello, la Administración Estatal de Intercambios Extranjeros (SAFE, en inglés) anunció la aprobación de un paquete de medidas para facilitar los procesos burocráticos de dichas inversiones a partir del 1 de junio.

"La inversión directa extranjera comporta largas decisiones y estas medidas tendrán un efecto inmediato para agilizar las inversiones", según aseguró Li Xiaogang, director del Centro de Investigaciones para Inversiones Extranjeras, citado por la agencia oficial Xinhua.

La inversión directa extranjera supone más de la mitad de las exportaciones chinas, el sector más afectado en el gigante asiático por la recesión global.

La inversión foránea empezó a declinar en China en octubre del año pasado, cuando se registró una primera caída del 2,02 por ciento, y la tendencia continuó en noviembre (-36,52%) y diciembre (-5,7%), aunque en el acumulado de 2008 tuvo un incremento del 23,6 por ciento.