Son grandes conclusiones que no hacen sino confirmar las dudas de los inversores extranjeros. Las provisiones a las financieras impuestos por Basilea III están "obligando" a la banca a provisionar "del 31% al 80%, es decir, un 50% más" en sólo un año -hasta 2013, en caso de las entidades que se encuentran en medio de un proceso de fusión-, afirma Lorenzo Dávila, jefe de Investigación del Instituto de Estudios Bursátiles, y esta situación "es una de las grandes dificultades" a las que se enfrenta el sector bancario.
Las cajas (o antigüas cajas) son las más perjudicadas puesto que son, como es sabido, las más expuestas también a los cuantiosos 'pufos' del sector inmobiliario. Los cálculos del IEB apuntan a "necesidades de
inyecciones de capital extra de unos 45,5 billones de euros" puesto que no cumplirían con lo pactado con Bruselas y "les faltaría un 5,3% de core capital". Recordamos que según lo estipulado por el Gobierno, las entidades que cotizan en bolsa están obligadas a cumplir con un 8% de core capital; para las ajenas al mercado bursátil esta condición se eleva hasta el 10%. Además, este pasado 31 de marzo se acababa el plazo de presentación para las cajas de ahorros de sus planes de viabilidad ante el Banco de España de los que nada a trascendido.
Banco Malo, ¿de qué importe estamos hablando?
Es lo que se preguntan los expertos del Instituto de Estudios Bursátiles que hablan de un incremento en la deuda pública desde el 80% calculado por el Gobierno de cara al cierre de 2012 hasta "un 130% de deuda" en caso de crearse ese 'banco malo', entidad que agruparía todos los activos tóxicos de las entidades financieras, y que repercutiría -negativamente- sobre las cuentas del Estado.
Lorenzo Dávila cifra este agujero inmobiliario en unos 500.000 millones de euros, aunque recuerda que es una cantidad desconocida debido a la falta de transparencia que rodea al sector financiero. "Lo primero que hay que hacer para crear un banco malo es hacer creer que el banco bueno es realmente bueno". El IEB distingue entre la gestiónllevada a cabo por dos entidades concretas como son La Caixa y Caja Madrid (según sus antigüos nombres) que, en el caso de la caja catalana, ofreció al mercado la confianza necesaria como para creer en la solvencia de Caixabank y marginar en su filial inmobiliaria los activos complicados.
Es evidente que las cajas no están para comprar más viviendas. Este martes se ha dado a conocer un nuevo dato preocupante en lo que respecta al sector inmobiliario. Por 22º mes consecutivo cae la concesión de hipotecas sobre viviendas. Hasta un 47,1% lo hizo en el mes de febrero respecto al mismo mes del año anterior, esto es, se
constituyeron 26.416 hipotecas en España. Es, de hecho, la mayor caída registrada desde que existen datos en el año 2004. Los bancos concentraron el 66 % de los préstamos, mientras que las cajas de ahorro concedieron el 16,7 % y el resto de entidades financieras, el 17,3 %.
Pero, ¿existe una solución? Por lo visto hay comprador a la vista. Dávila afirma que, en estos momentos, "hay cuatro grandes fondos que estarían dispuestos a comprar todo el problema con una quita del 65%/70%" porque, según sus cálculos, el valor del sector inmobiliario en nuestro país se ha dejado por el camino, desde el pico del año 2007, un 50%/55% de su valor. Para ello, claro, "los bancos" deberían "estar dispuestos a hacer la quita".
No habrá un nuevo LTRO
No, por el momento. Lorenzo Dávila no cree que el presidente del Banco Central Europeo, Mario Dragui, vaya a lanzar un nuevo LTRO, es decir, una tercera macroinyección de liquidez con vencimiento a tres años para el sector financiero comunitario. "Otra cosa es monetizar la deuda pública. Comprarla en emisión, no en el mercado secundario", como lleva haciendo el BCE en los últimos años.
El IEB pronostica que Dragui podría llevar a cabo un 'quantitative easing' a la europea y eso a pesar de que reconoce Dávila que "Estados Unidos tiene la sombra de la desgracia encima" precisamente por su nivel de endeudamiento que no deja de quedarse en casa.
España se enfrenta asimismo a un problema de caída del sector exterior. Las exportaciones se han reducido considerablemente desde que comenzara la crisis debido precisamente a que los principales países compradores se encuentran dentro de la eurozona. "A lo mejor", reflexiona Dávila, "una sobrevaloración de la moneda nos tiene vetadas las exportaciones". Aún así, que reine la calma porque el fin del túnel podría estar lejos. "No estamos muy lejos de tocar fondo", aunque "el problema está (primero) en que lleguemos a diciembre de 2012".