El servicio de análisis de la entidad suiza sostiene que en los últimos tres años se han producido cambios bruscos en la economía mundial, las respuestas en materia de política económica y el ámbito geopolítico. Como es lógico, estos cambios han provocado importantes reacciones en los mercados financieros, incluidos los mercados de bonos y divisas. Al igual que en períodos anteriores de turbulencias económicas y geopolíticas, también ha surgido la cuestión de si el sistema monetario internacional podría verse afectado por cambios más profundos y a más largo plazo.
"El sistema monetario actual ha sido cuestionado en reiteradas ocasiones por los responsables políticos de alto nivel, tanto en las economías desarrolladas como en los mercados emergentes, debido a las tensiones que los principales cambios que ha registrado la política monetaria estadounidense han ocasionado fuera de Estados Unidos", sostienen.
"La historia nos enseña que no solo los períodos de debilidad del dólar estadounidense (y de laxitud de la política monetaria estadounidense) pueden causar problemas en el resto del mundo, sino que los ciclos de política restrictiva de la Reserva Federal y un dólar fuerte pueden resultar aún más devastadores", añaden.
Hoy en día, el dólar estadounidense representa algo más del 60% de las reservas globales de divisas de los bancos centrales, cuando a principios de la década de 1970 superaba el 80%. Sin embargo, Credit Suisse descarta que haya otra divisa que pueda sustituir al dólar estadounidense como moneda de referencia principal a nivel global.
"Ni el euro ni el renminbi pueden considerarse monedas hegemónicas alternativas. Mientras tanto, la creación de una moneda global sigue siendo algo ilusorio que requeriría de un entorno geopolítico de mucha cooperación", defienden.
"Si bien es pronto para anunciar el fin de la hegemonía del dólar estadounidense, su destino como columna vertebral del sistema monetario internacional depende de numerosos factores, entre los cuales resultará de suma importancia el grado en que los responsables políticos estadounidenses logren mantener la estabilidad macroeconómica y la confianza ante otros países", añade Nannette Hechler-Fayd’herbe, directora de inversiones para EMEA y directora global de análisis y finanzas de Credit Suisse.
Aún con todo, desde el banco helvético comentan que aun sin desastres geopolíticos y económicos en escena, hay tres factores que podrían derivar en una merma aún mayor del papel que desempeña el dólar estadounidense en las reservas de divisas mundiales: la necesidad cada vez menor de reservas de divisas en un entorno de tipos de cambio variables, las políticas activas de diversificación de los bancos centrales y el mayor uso de acuerdos de divisas recíprocos de carácter temporal (líneas swap) entre bancos centrales.
El dólar estadounidense, de hecho, ha sido el principal objeto de cobertura durante las caídas de la renta fija y la renta variable en 2022 y ha resultado junto al sector energético el gran ganador del año en los mercados financieros.
El euro: sin unión fiscal ni bancaria
Desde Credit Suisse indican que el euro representa alrededor del 20% de las reservas internacionales de divisas, solo por detrás del dólar estadounidense, y también puede negociarse libremente sin que las fronteras nacionales supongan un obstáculo —un requisito clave para una moneda líder—.
"Los responsables políticos de la zona euro claramente no están haciendo ningún esfuerzo por que su moneda asuma ese papel. La ausencia de una unión fiscal y de activos comunes 'seguros', así como de una unión bancaria, son otros de los impedimentos para que pueda asumir un papel dominante en el sistema monetario mundial", valoran.
China, por el contrario, es una sola entidad fiscal y los pocos grandes bancos del país pueden considerarse bancos especializados en la intermediación financiera. Sin embargo, el renminbi carece de la tercera característica esencial para que pueda considerarse un competidor del dólar estadounidense: la movilidad internacional del capital.
"Parece poco probable que China liberalice y abra por completo sus mercados financieros para permitir operaciones transfronterizas. Esta es la razón principal por la que el porcentaje del renminbi en las reservas de divisas globales sigue siendo tan reducido", arguyen.
Credit Suisse cree que en el futuro próximo lo más probable es que "vaya surgiendo un nuevo sistema monetario más multipolar con el crecimiento del comercio bilateral entre muchos países, la profundización de los mercados de capital locales en los países emergentes y los esfuerzos por desarrollar regímenes de mutualidad ante las perturbaciones que puedan derivarse de los cambios en la política monetaria estadounidense".