"En el caso concreto del sector vivienda, hay medidas como las que ha anunciado esta mañana el presidente español Zapatero en el Parlamento, como las que anunció hace pocos días el primer ministro británico, como las que se están anunciando en otros países, que deben ayudar a un sector particularmente afectado y que va a tener dificultades de ajuste particularmente difíciles como es el sector de la vivienda", dijo Almunia en rueda de prensa durante la presentación de las previsiones económicas de la Comisión.El comisario de Asuntos Económicos resaltó además que "aquellos países --y ahí está el caso de España, entre otros-- que hicieron los deberes en la parte alta del ciclo ahora tienen margen en sus políticas fiscales y presupuestarias para dejar que los estabilizadores automáticos contribuyan a la solución". También consideró "muy recomendable" que estos Estados miembros que tienen un "margen disponible" en sus finanzas públicas lo utilicen para "ayudar a los sectores más débiles de la población". Otras medidas para salir de la actual crisis, destacó Almunia, son proseguir con las reformas estructurales y tomar medidas para combatir la inflación porque el aumento de precios es "la peor amenaza para el mantenimiento de la demanda interna en los países europeos".El comisario de Asuntos Económicos dijo que la discusión sobre la gravedad de la recesión que pronostica Bruselas "no es el debate que España necesita en estos momentos".Subrayó que la Comisión ya había anunciado que las economías que tuviesen un sector vivienda muy dinámico y unos desequilibrios por cuenta corriente mayores que la media "iban a tener más dificultades en un contexto como el actual". "Eso por desgracia se está confirmando en el caso de España pero se está confirmando también en el caso de Reino Unido, Irlanda o de algunas economías de los nuevos Estados miembros", agregó Almunia.En todo caso, insistió en que todas las economías de la UE están sufriendo las consecuencias de un contexto "extraordinariamente difícil" con "alteración fuerte de del funcionamiento de los mercados financieros, con endurecimiento de las condiciones de financiación, con aumento de los diferenciales de los tipos de interés, con subida de los precios del petróleo y de otras materias primas, con caída de la confianza, con reducción del crecimiento en los mercados emergentes y con una reducción clara del comercio exterior".