La compañía de vídeo en streaming anunció la semana pasada que impondría una subida en sus servicios de hasta dos dólares (en Estados Unidos) y dos euros en Europa los planes más caros. En España el servicio que permite conectarse a cuatro dispositivos sube hasta 13,99 euros.
Los inversores han acogido con optimismo esta subida ya que esto va a permitir a la compañía seguir siendo rentable, ya que aunque el número de suscriptores sigue creciendo –ya ascienden a más de 104 millones en todo el mundo-, también lo hace el gasto en contenido propio. Se prevé que en el próximo ejercicio la inversión en contenido propio implique un gasto de 7.000 millones de dólares, desde 6.000 millones.
Según los analistas de UBS, la firma aún tiene recorrido para seguir subiendo precios sin que se ponga en entredicho su capacidad para seguir aumentando cuota de mercado. Y eso en un momento en el que continúan apareciendo competidores como Disney o Amazon.
De hecho, el mes pasado las acciones de Netflix cayeron en bolsa tras conocerse que Disney iba a retirar todos los contenidos de esta plataforma para iniciar una propia a partir de 2019. Parece que la 21st Century Fox tiene los mismos planes. Eso hace más necesario que nunca el aumento de contenidos propios.
Los expertos de Wells Fargo, no obstante, continúan viendo a Netflix como el líder indiscutible en este negocio y espera que el diferencial con los demás siga creciendo.
En lo que va de año, las acciones de Netflix subían un 59,95% hasta el viernes pasado desde que comenzó el ejercicio, y un 88,91% en doce meses.
Ni uno solo de los analistas que siguen el valor tiene un precio objetivo por encima de su cotización actual. El consenso de Factset le da un precio de 163,34 dólares por título. El analista más optimista es Wells Fargo, que le otorgan un objetivo de 195 dólares por acción.
Los Indicadores Premium de Estrategias de Inversión le dan al valor una puntuación sobresaliente, de 9 sobre 10, lo que coloca a Netflix en una clara fase alcista.