Aunque todavía le quedan algunos cartuchos por quemar, lo cierto es que ningún analista esperaba movimientos sorpresivos. Como explica Rose Marie Boudeguer,
directora del servicio de estudios de Banca March, “Su presidente, Mario Draghi, ha manifestado que están centrados en la implementación de los programas vigentes y en el seguimiento de sus resultados, paso que ven necesario antes de plantearse la necesidad de otras acciones. Además, hay dos tipos de medidas que comenzarán a aplicarse este mes: la compra de bonos corporativos y las nuevas subastas de liquidez a largo plazo (TLTRO II)”, apunta la experta.
En principio, la compra de bonos corporativos comenzará el día 8 de este mes y la nueva ronda de liquidez para los bancos se iniciará el próximo día 22 de este mes.
Por eso la reunión de hoy no será intrascendente ya que coincide la entrada en vigor del llamado CSPP que traducido al lenguaje de la calle no es otra cosa que el programa de compra de bonos corporativos. Hasta ahora la autoridad monetaria solo había comprado renta fija de los estados y ahora incorporará a su balance emisiones de empresas no financieras con grado de inversión.
Aunque ya se han dado a conocer muchos detalles, lo cierto es que este programa podría acaparar gran parte de las preguntas que se le hagan tanto a Mario Draghi como al vicepresidente del BCE, Vítor Constancio.
Los analistas prevén que de los 80.000 millones que se dedican cada mes a la compra de activos, los bonos corporativos supongan entre 5 y 10.000 millones de euros al mes.
Este programa que viene a completar el QE en un intento de la autoridad monetaria por apuntar el crecimiento de la eurozona, así como de la inflación, está disparando el tamaño del balance del banco. Como explican los expertos de BofA Merrill Lynch, “a principios de 2017, podría superar al de la FED, que supera ya los 4,5 billones de dólares.”
Por el momento, el mero hecho de que el BCE haya puesto ese programa en marcha ha provocado que muchas empresas europeas hayan emitido bonos, ya que las compras del BCE solo se harán sobre emisiones vigentes.
Como explica Boudeguer, “el aumento de las emisiones de bonos que el programa ha generado ha sido bien recibido por los inversores, pero con límites: no están comprando indiscriminadamente, sino créditos que se consideren fiables. Por ahora no se ha generado una burbuja, esperemos que esta tendencia se mantenga”.
Uno de los puntos del programa sobre los que se podría incidir son los detalles del benchmark que usará el BCE para hacer las compras y cómo se estructurará. De esto dependerá cuáles serán los bonos más y menos atractivos para la autoridad monetaria. Sobre el TLTRO ya tenemos más detalles, ya que se trata de una segunda vuelta y los bancos europeos ya saben bien cómo funcionan.
Mario Draghi también aprovechará la reunión para comentar sobre la evolución de la economía europea. Precisamente el miércoles la OCDE publicó sus previsiones de crecimiento tanto para este año como para el próximo. Espera que la economía de la Eurozona crezca este año un 1,6% y un 1,7% en 2017.
De hecho, algunos expertos creen que el presidente del BCE podría actualizar al alza sus previsiones. Sin embargo, el caballo de batalla sigue estando en los datos de la inflación, que siguen muy por debajo del objetivo.
En opinión de la experta de Banca March, “la inflación se mantiene por debajo de las previsiones del Banco y, visto que hasta ahora se ha mostrado relativamente inelástica a la evolución del precio de la energía, es posible que el BCE revise a la baja las previsiones para este año. No obstante, el mantenimiento de tipos bajos durante un largo período - más tiempo del que duran las compras de activos – sería suficiente para lograr el repunte previsto de la inflación en 2017”.
Al igual que ha hecho el presidente del BCE en incontables ocasiones, es necesario que además de la política monetaria de la institución, los países pongan en marcha reformas estructurales y medidas fiscales que logren activar la recuperación.
Probablemente también sean foco de atención preguntas sobre el posible impacto de un Brexit sobre la economía Europea, las elecciones españolas o el acuerdo con Grecia.
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