Esto se llama ETF activo y lo vemos cada vez más. En Columbia Threadneedle llevan años haciéndolo y saben cómo aprovechar esta combinación de activo y pasivo.

Lo hacen con una gama llamada QR Series, una familia de ETFs UCITS que se atreve casi a llevarle la contraria al índice. Por cierto, el nombre de QR (como los Quick Response) tiene un guiño obvio a estos códigos: transparencia, rapidez, etc.

Y esta semana ha venido a vernos a España Christine Cantrell, responsable de distribución de ETFs Activos para EMEA, quien nos desgranó la filosofía detrás de estos fondos. Y, por cierto, una maravilla la charla con ella.

Lanzar un ETF que ignora por completo a gigantes como Microsoft, Amazon o Tesla puede parecer una osadía. Pero según Cantrell, es precisamente ahí donde radica la oportunidad. “No queremos generar un alfa de 20 puntos básicos con un tracking error de uno. Lo que queremos es una fuente clara de alfa que venga exclusivamente de saber elegir compañías. Para eso hay que atreverse a diferenciarse”. Y diferenciarse, en este caso, implica asumir un tracking error de entre el 2% y el 4%, un nivel elevado para el estándar ETF, pero necesario si se aspira a algo más que replicar un índice con esteroides.

La estrategia, con más de 10 años de histórico en EE. UU. y más de 4.000 millones de dólares bajo gestión, ha logrado situarse de forma consistente en el cuartil superior de su categoría en Morningstar. Una Ratio de Información que no se logra maquillando beta, sino apostando fuerte por las empresas que realmente destacan en cada sector.

Fuente: Columbia Threadneedle Investments

Fíjate en cómo son capaces de mejorar el índice con menos compañías. Y ellos no lo ponen por compliance, pero ya te lo cuento yo… en todos tienen un exceso de rentabilidad sobre el índice que me ha sorprendido muy positivamente.

El proceso de inversión —Research, Rank, Recalibrate es tan metódico como flexible. Todo parte de un modelo cuantitativo que analiza cada acción del índice en función de su contexto sectorial y regional. Nada de comparaciones forzadas entre manzanas y peras, como decía Christine (“queremos comparar peras con peras”).

Luego llega el momento de la verdad: clasificar y seleccionar. Sólo el 35% superior del universo acaba entrando en la cartera, lo que se traduce en exclusiones más que importantes. “No estamos aquí para hacer lo políticamente correcto con el índice. Estamos para construir carteras con sentido económico”, decía Cantrell. Esa convicción se refleja en hechos: fuera Tesla, fuera Amazon, fuera incluso Berkshire Hathaway. Y los resultados están bien a la vista. No es que hagan machadas y les vaya fatal. Parece que las hacen, pero es que les va fenomenal.

Por último, el ajuste fino: el ETF se construye con neutralidad sectorial y geográfica respecto al índice, logrando una beta cercana a uno. El resultado es un súper índice. Un índice con menos compañías (no por ello menos diversificado) que lo hace mejor que el índice de verdad y con unas comisiones de ETF, no de fondo.

Un aspecto poco habitual en estrategias ETF es el dinamismo en la gestión. Aquí hay rebalanceos diarios. Aunque el turnover anual ronda el 40%, la cartera se revisa a diario y se puede vender una posición si pierde su calificación antes de la fecha de revisión. “Nos importa más proteger al inversor de las malas decisiones que mantener la hoja de ruta estática”, decía Christine.

Además, el equipo no se esconde detrás de algoritmos: cada exclusión relevante se comunica al cliente, con explicaciones y sin letra pequeña. Esta transparencia se traduce en confianza, especialmente entre inversores institucionales que quieren entender de dónde viene el alfa.

Aunque ya hemos mencionado los costes, para que seamos tan transparentes como lo fue Christine, estamos hablando de estrategias de 20 y 30 puntos básicos que ofrecen un Alpha del 2% anual. Incluso, la versión de emergentes de estos ETFs activos tiene un exceso de retorno del 4%. En fin, que si decides no entrar, no será por los datos…

Christine resumía el interés de los inversores europeos en una frase: “Los inversores europeos quieren más control, más transparencia y más capacidad de elegir sin renunciar a la eficiencia. Esta estrategia es una respuesta directa a eso. Es líquida, UCITS, transparente y gestionada con cabeza y convicción”.

Con un plan de despliegue que incluye estrategias base, globales y de emergentes, Columbia Threadneedle aspira a que sus QR Series se conviertan en los nuevos core building blocks de muchas carteras.