Según la agencia Bloomberg, si la compañía hubiera vendido los bonos al precio al que cotizan hoy se hubiera ahorrado más de 5.000 millones de dólares.

La rentabilidad ha caído en picado desde la emisión de bonos el pasado 11 de septiembre por parte de Verizon. Salió al mercad con 15 millones de dólares en bonos al 6,55% de rentabilidad con vencimiento en septiembre 2043. 

La empresa dividió la operación en 8 emisiones. La de bonos a 30 años llegaron a cotizar a 109,5 dólares ayer, es decir, 9,6 dólares más que el precio de emisión. Eso redujo la rentabilidad al 5,88%, lo que sugiere que la compañía pagará alrededor de 101 millones de dólares de intereses adicionales al año, según Bloomberg. (Ver: Indicador Premium de Verizon)

En este contexto, Verizon está a la espera de la decisión de la FED de la retirada de su política de compra de bonos, el llamado tapering. La empresa tecnológica, que realizó la compra de Vodafone por Verizon Wireless, la operación más grande en más de una década, emitió bonos por encima de las tasas de mercado para financiar su último movimiento antes de la decisión de la FED. (Ver: ¿Qué espera a los mercados tras el tapering?)

La máxima institución monetaria estadounidense debate sobre la posibilidad de la retirada de estímulos. Con el aumento de las tipos de interés y los bonos corporativos con grado de inversión frente a su primera pérdida anual desde 2008, Verizon acudió al mercado en un momento en que la rentabilidad se mantiene casi un punto porcentual por debajo de la media de los últimos 5 años.