Corría marzo de 2009 y la crisis económica y el mayor crash financiero desde el 29 habían llevado al S&P 500 por debajo de los 7.000 puntos. Nadie imaginaba dónde estaba el suelo y menos después de que la Reserva Federal hubiera llevado los tipos de interés cercanos al cero hacía unos meses.

Fue entonces cuando Ben Bernake, el presidente de la Reserva Federal decidió actuar con energía y comenzar a inyectar dinero a los mercados vía entidades financieras.
Nacía en 2009 el primer programa QE (o Quatitative Eeasing). (Ver: Una FED más paloma que nunca alegra a los mercados)

Desde entonces fue coser y cantar. Los mercados en Estados Unidos comenzaron a subir a ritmos desconocidos en las últimas décadas. Desde ese mes de marzo de 2009, el S&P ha subido alrededor de un 150% alcanzando el pasado 2 de agosto sus máximos históricos, por encima de 1.700 puntos.




La euforia en los mercados coincide con un momento en el que parece constatada la recuperación de la economía del país, los beneficios de las empresas y las ansias de los consumidores por adquirir vehículos y viviendas. Todo esto ha llevado a una tímida mejora del desempleo, que se encuentra en el 7,3%.

De hecho, no se trata tan sólo de coincidencias. En la mejora de la evolución de las bolsas ha sido crucial la inyección de dinero que ha hecho cada mes la Reserva Federal en los mercados. Sólo en este último QE ha gastado 85.000 millones de dólares mensuales en los mercados. Ha sido esta cascada de fondos la que ha nutrido a las bolsas. 

Los expertos de JP Morgan consideran que esta semana nos anunciarán un tapering de 15.000 millones de dólares mensuales y un guidance de tipos para el 2016 del 2.25%. Nuestros economistas también creen que hay posibilidades de que se incluya un suelo de inflación por debajo del cual no se subirían tipos (1.5% a 1-2 años)
Cuando en mayo de este año Ben Bernanke avisaba de que la FED podría comenzar a retirar los estímulos monetarios se generaba el pánico entre los inversores. De hecho, se observa cómo en el siguiente gráfico coincide ese momento con la ralentización de las bolsas en Estados Unidos.





Comienza también a observarse una traslación del destino de los fondos de todo el mundo. Pero, ¿qué va a pasar ahora? ¿Estamos a las puertas de la tormenta perfecta, del Armagedón de los mercados?

Hay quienes opinan que las bolsas no podrán subsistir sin las inyecciones mensuales de la Reserva Federal, aunque la opinión no es unánime. Los analistas de Barclays, por ejemplo, opinan que el mercado ya ha descontado el tapering y que el ajuste no será muy acusado.

En JP Morgan consideran que “mientras la Fed no nos sorprenda con cifras más altas el mercado estará tranquilo”, apuntan.


Encuesta de Barclays



En Barclays aseguran después de realizar una encuesta entre 800 inversores globales que las consecuencias para los mercados no serán terribles. Así, el 64% cree que la Reserva Federal comenzará a eliminar estímulos este mismo mes. Casi todos creen que si se retrasa ocurrirá antes o después, pero dentro de 2013.

El 45% de ellos cree que el tapering podría finalizar en segundo trimestre del año que viene, cuando a finales de junio la mayoría de ellos opinaban que se pondría fin a finales del año que viene.




Nadie espera un anuncio de retirada de estímulos muy agresivo por dos motivos. Uno, porque la retirada por la carrera a la presidencia de la FED de Larry Summers indica que nadie estaría muy conforme con una actitud muy hawkish de los miembros de la autoridad monetaria. (Ver perfil de Larry Summers)

Por otro sigue habiendo dudas sobre la resistencia de la economía americana. Los expertos de JP Morgan, además, acaban de rebajar sus previsiones de crecimiento del PIB para este año consideran que el crecimiento real del PIB para el tercer trimestre será del 2%, por debajo del 2,5% que habían estimado inicialmente. 

Recuerdan que “durante las últimas semanas los datos se han ido quedando ligeramente por debajo de nuestras expectativas (consumo, foreign trade, inventarios)”. 

En este sentido, otro de los aspectos que hay que tener en cuenta es el calendario para la subida de tipos de interés. Sólo un 25% opina que comenzarán en marzo de 2015 o antes

Atentos a las perspectivas de tipos que de la FED en su próximo discurso. Según Barclays, si aplica una referencia del 3% para 2016 el mercado lo podría interpretar como un comentario hawkish.



Uno de los primeros activos en reaccionar al aviso de Ben Bernanke fue la rentabilidad de los bonos a 10 años. Si en marzo de este año esperaban que se moviera en torno al 2,25% ahora creen que se colocará 100 puntos básicos por encima, en el 3,25%. (Ver: ¿Qué anunciará la FED además del tapering?

¿Qué podría pasar con los flujos de fondos?

Los analistas de Barclays opinan que aunque la renta variable sigue siendo su activo favorito, es cada vez menos atractiva para los inversores. De hecho, si en el pasado trimestre era el destino preferido para el 60% de sus gestores entrevistados, esa cifra ha caído por debajo del 50%.



También ha variado la percepción de riesgos. Si el pasado trimestre el tapering era visto como un riesgo clave para un 40%, ese porcentaje se ha reducido al 26% ahora.