La Comisión Europea ha publicado sus previsiones económicas para España, en las que destaca que se espera un crecimiento del 2,2% para el PIB en 2023. Esta cifra supone una mejora de tres décimas con respecto al pronóstico de primavera y sitúa a España por encima de las previsiones tanto de la eurozona como del conjunto de la Unión Europea. Tanto la eurozona como la UE tienen un pronóstico de crecimiento del 0,8%, lo que implica un descenso en comparación a las predicciones anteriores.

España lidera así la previsión de crecimiento en 2023 de las seis mayores economías de la UE, entre las que figura junto a Alemania, Francia, Italia, Países Bajos y Polonia. Mientras Alemania tiene un pronóstico de crecimiento del -0,4%, España se sitúa en el extremo opuesto con un crecimiento del 2,2%. Esto refleja una posición favorable de la economía española en comparación a otros países de la UE.

A pesar de las buenas perspectivas para 2023, se espera que el crecimiento del PIB en España se modere en 2024, alcanzando un 1,9%. Esta previsión supone una ralentización en comparación al 2% previsto en primavera. Bruselas atribuye este descenso al debilitamiento de la actividad económica que se espera para finales de este año y que se prolongará al menos hasta el primer semestre de 2024. A nivel de la UE y la eurozona, también se ha revisado a la baja las previsiones de crecimiento para 2024.

En cuanto a la inflación, la Comisión Europea pronostica una reducción de la inflación española hasta el 3,6% para el presente año, por debajo del descenso augurado anteriormente. Para 2024, se prevé una reducción al 2,9%. Estas cifras están por debajo de las previsiones de inflación a nivel comunitario. En toda la Unión Europea, se espera que la inflación se sitúe en el 6,5% para 2023 y descienda hasta el 3,2% en 2024. A pesar de la ralentización de la inflación, se espera que los precios de la energía sigan ejerciendo presión al alza durante el primer semestre de 2023.

La Comisión Europea ha retrasado la publicación de las previsiones económicas de verano para tener en cuenta los datos clave publicados durante el verano, como el crecimiento del PIB real en el tercer trimestre y la inflación en agosto. Esto permite ofrecer una imagen más precisa de la situación y las perspectivas económicas de cara al otoño.