El último trimestre del año se caracteriza por la convergencia de varios cambios en la política monetaria de tres de los bancos centrales más importantes del mundo: la Reserva Federal, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra. En cuanto a la Fed, en octubre comenzará a “adelgazar” su balance, al tiempo que, como confirmó en su última reunión, aumentará por tercera vez los tipos antes de que concluya 2017. Por su parte, el Banco de Inglaterra ha anunciado que los tipos de interés podrían ser incrementados en los próximos meses. Además, los mercados también esperan impacientes las últimas novedades del BCE en cuanto al final del quantitative easing y el inicio del tapering, que también se conocerá en octubre. Y las decisiones de estos tres organismos, o las palabras de algunos de sus representantes, tendrán un efecto directo en la evolución de sus respectivas divisas y, por consiguiente, en el precio de las materias primas.

 

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En cuanto al papel  que el BCE puede ejercer sobre la moneda comunitaria, que se ha revalorizado más de un 12% frente al dólar en lo que va de año, desde Monex Europe explican que “en las últimas semanas los mercados han comenzado a posicionarse para el final del programa de política monetaria” de la institución que preside Mario Draghi. Sin embargo, advierten de que el BCE podría “decepcionar” a los mercados y retrasar el proceso hasta el final del primer trimestre de 2018, como estaba previsto desde que se anunciara la extensión del programa actual. De esta manera, el euro podría enfriarse en el corto plazo y darle más margen de maniobra al BCE, motivo por el que esta firma de análisis considera que el euro podría retroceder de aquí a final de año y cerrar el periodo por debajo de 1,20 dólares.

El director de análisis y estrategia de inversión de ETF Securities, James Butterfill, ve debilidad en el euro “donde los inversores están subestimando el deseo del BCE de generar presión sobre la inflación”. Según este experto, la fortaleza del euro no es una posición cómoda para el BCE pero advierte de que su blanda retórica podría ser el catalizador para una rápida relajación de los futuros a largo plazo, que se encuentran cerca de su récord. Respecto a la moneda estadounidense, ETF espera que el dólar gane terreno frente a las principales divisas antes de que finalice el año, aunque advierte de que una menor volatilidad podría hacer que el yen cayera, ya que el banco central nipón sigue siendo acomodaticio.

Antonio Sales, analista de XTB cree que el euro sí volverá a tocar los 1,20 antes de que termine 2017 pero duda de si la divisa podrá mantener ese nivel. “En un escenario neutral del eurodólar, lo más sensato sería posicionarse sobre 1,20 euros, tomando dicho nivel como resistencia y los 1,14 como soporte”, explica. Por su parte, Juan Enrique Cadiñanos, director Admiral Markets en España, considera que “siempre que el euro no pierda el nivel de los 1,18 dólares podremos estar tranquilos”.

En cuanto a la libra,  desde enero ha cedido un 3,7% frente al euro y sólo en agosto el descenso fue del 8%. Desde entonces la moneda británica se ha recuperado, apoyada en el plano técnico y en el aumento de las expectativas de alzas de tipos de interés de Reino Unido. Así, de cara a lo que queda de año, lo previsible es que la divisa británica continúe recuperándose frente al euro.

Y no hay que olvidar la influencia que las negociaciones del brexit puedan ejercer sobre la libra. En su caso, ETF Securities destaca que la incertidumbre que rodea las negociaciones de la salida de Reino Unido de la Unión Europea eclipsará la disposición del Banco de Inglaterra a endurecer su política, al tiempo que considera que la libra tiene un potencial alcista, especialmente frente al euro.

 Si las decisiones que tomen los bancos centrales hasta el 31 de diciembre afectarán a sus divisas, también actuarán sobre el precio de las materias primas, al ser una consecuencia directa, especialmente en el caso del dólar.

Desde XTB lo explica Antonio Sales, quien afirma que el mercado de materias primas está muy ligado a la moneda estadounidense, con lo que “un dólar barato hace más interesante la adquisición de las mismas”. Así, considera que los precios de las materias primas seguirán incrementándose a medida que crezca su consumo.

En la previsión de los precios del petróleo también se debe tener en cuenta cualquier decisión que puedan tomar los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus socios sobre la ampliación del acuerdo para reducir la producción de crudo en cerca de 1,2 millones de barriles por día (bpd). Sales apunta que por el momento no se va a producir. Este analista considera que en el medio plazo el Brent podría sufrir alguna corrección hacia los 53 dólares y recuerda que desde que se alcanzaron los mínimos anuales (de 44,81 dólares en junio) “la escalada ha sido alcista y bastante prolongada”, con lo que descarta que el petróleo de referencia en Europa pueda atacar los 60 dólares durante el cuarto trimestre.

Si finalmente sí hay acuerdo para recortar la producción sí que se producirían mayores subidas, tal y como indica Cadiñanos, quien señala que “el precio del Brent no deberían tener problemas para alcanzar niveles de 57 y 60 dólares”, mientras que de no producirse el acuerdo los precios bajarían “hacia niveles de 52 y 50 dólares”.

En el caso del oro, que actúa como valor refugio, ETF Securities anticipa que la Fed se mantendrá cauta en la configuración de su política, particularmente cuando la inflación parece haberse enfriado en el corto plazo , por lo que estiman que el fair value del oro es de 1.260 dólares la onza para el cierre del año.

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