La agencia señaló que no prevé un gran cambio en las calificaciones ni en las perspectivas asignadas hasta la fecha, ya que, a su juicio, las entidades financieras británicas afrontan la actual ralentización económica de forma general con una rentabilidad "robusta" y con una capitalización "satisfactoria".Asimismo, la agencia afirmó que los bancos y entidades hipotecarias del país han endurecido últimamente las condiciones para la concesión de préstamos, con lo que se han anticipado a un entorno "más difícil".S&P indicó que los últimos datos han resaltado el debilitamiento de la economía británica como consecuencia de una ralentización del mercado inmobiliario y de una menor renta disponible en los hogares por el incremento del precio de la energía y de los alimentos.La agencia añadió que "parece inevitable" que continúe la desaceleración económica, ya que las presiones inflacionistas limitan la capacidad del Banco de Inglaterra para seguir recortando los tipos de interés.