El proyecto contempla el abandono por parte de RBS de varios mercados, especialmente en países emergentes, así como la venta de varios negocios que en la coyuntura actual no son considerados estratégicos.

En este sentido, RBS estudia desprenderse de parte de los activos de ABN Amro que compró en 2007 cuando un consorcio formado por la entidad escocesa, el Santander y Fortis adquirió el banco holandés, una operación que los ex directivos de RBS ya han reconocido como un "error" en las últimas semanas.

De hecho, el rotativo señala que las conversaciones entre RBS y el Gobierno holandés, que podría estar interesado en la compra de ciertas actividades en Países Bajos y en los mercados internacionales, ya han comenzado.

No obstante, RBS podría intentar conservar la red internacional de banca comercial, aunque reduciendo el tamaño de sus actividades en determinados países como Eslovaquia, Uzbakistán y Rumanía.

El banco escocés ha recortado alrededor de 13.000 empleos en el último año, y la semana pasada anunció que estudia eliminar unos 2.300 puestos de trabajo en Reino Unido, alrededor del 2% de su plantilla en las Islas.