En un principio, el Gobierno dijo que el dinero del plan iría destinado a comprar los activos hipotecarios "tóxicos" de los bancos, aunque una vez el Congreso aprobó el plan, se cambió de estrategia y se optó por invertir el dinero en la compra de acciones de los bancos más necesitados.
Hoy, en su intervención, Paulson dijo que el gobierno del presidente George W. Bush no tenía "un manual de instrucciones" que pudiese aplicar en la emergencia y por lo tanto ha tenido que ajustar su estrategia sobre la marcha.
"Los mercados financieros estarían en condiciones mucho peores si el Congreso no hubiese aprobado este programa", dijo Paulson.
Por su parte, Bernanke afirmó que ha habido una cierta mejora en los mercados de crédito, pero que las condiciones, "en términos generales siguen estando lejos de la normalidad".
"El gobierno debe encarar de forma decisiva el problema de las hipotecas como parte de nuestra estrategia más amplia para restablecer la confianza y la estabilidad en nuestra economía", afirmó Bair.
La Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC por su sigla en inglés), que garantizaba los depósitos bancarios hasta 100.000 dólares, recibió autorización primero para ampliar la garantía a 250.000 dólares, y luego para extenderla sin límites, por un período corto, a las pequeñas empresas.
Bair dijo a los legisladores que cree que "es esencial que usemos la autoridad que se nos dio para acelerar el ritmo de modificaciones de los préstamos para detener y revertir la creciente oleada de desahucios que amenaza a toda la economía"

