Las calificaciones bajo perspectiva negativa corresponden a todos los bonos de emisiones realizadas en noviembre y diciembre del ejercicio 2008. Se trata de los fondos de titulización de activos 'Santander Hipotecario' 2, 3, y 4.

Esta revisión de cara a un posible descenso se produce después de que Fitch rebajara el 'rating' a siete series de bonos emitidos de los fondos de titulización de activos hipotecarios del Santander 3 y 4, a los que también asignó un pronóstico negativo.

En esta ocasión, la agencia destacó el "continuo deterioro" del comportamiento de los activos que sustentan la titulización hipotecaria, sobre todo los correspondientes a dos tramos a causa de créditos que superan un determinado nivel en cuanto al precio de compra de la vivienda (loan to value).

Asimismo, justificó su decisión por "el elevado número de prestamistas inmigrantes que se han visto afectados por desfavorables condiciones económicas tales como el desempleo", dice. La agencia insiste además en que el recorte de las calificaciones refleja el deterioro del mercado inmobiliario en España.

Según los datos que maneja esta agencia de calificación crediticia y servicios de estudios como el del BBVA, los precios de la vivienda en España caerán entre un 25% y un 30% respecto a los que llegaron a marcar en el momento más boyante del mercado inmobiliario.

Según la analista de Renta 4 Nuria Álvarez, las decisiones de recortes de calificaciones podrían responder a los efectos de una mayor tasa de morosidad sobre la calidad crediticia de las hipotecas que respaldan los fondos de titulización de activos.

Los bancos han llevado a cabo últimamente muchas titulizaciones respaldadas por créditos hipotecarios, y en el momento que la tasa de morosidad de esas hipotecas sube por encima de determinada referencia, existen unos límites por los que el 'rating' de la emisión peligra o se rebaja, explicó Álvarez a Europa Press.

A su parecer, este cambio de la calificación pone de manifiesto el deterioro de la situación económica general y su impacto en las mayores dificultades de los consumidores para hacer frente a sus obligaciones financieras, lo que se traduce en una mayor tasa de impago.