Naturgy (Gas Natural)

Desarrolla una “estrategia activa” en la implantación de las energías renovables en España y a nivel internacional. De hecho, el Green Power -dicen desde la multinacional- es una de las líneas de actuación prioritarias de su Plan Estratégico 2018-2022. La firma de origen gasista ya venía desarrollando las energías renovables desde tiempos precedentes, si bien desde la puesta en marcha de estas líneas de actuación corporativa, “se han convertido en preferenciales”, en línea con los parámetros de sostenibilidad y la creación de valor para los accionistas. La energética anunció hace algunos meses “el cierre de todas las plantas de carbón de la compañía y prevé triplicar su capacidad instalada en renovables hasta 2022”. En el periodo 2018-2019, aún en curso, invertirá cerca de 1.000 millones de euros en el desarrollo de renovables en España, lo que permitirá que, al término de este ejercicio económico aumente un 82,8% su potencia instalada en renovables con respecto a 2018, hasta los 2.052 MW.

Naturgy analiza siempre cualquier proyecto y, por supuesto, los de concepción renovable, que pueda aportar valor al accionista. En los últimos dos años, se han llevado a cabo numerosos proyectos -eólicos y fotovoltaicos principalmente- tanto en España, como a nivel internacional, a través de Global Power Generation (GPG), su filial global de generación.

Las estrategias medioambientales… del sector privado español

Esta división de la multinacional energética cerró el primer semestre de 2019 en España con una potencia instalada en operación de 1.291 MW consolidables, de los que 1.051 MW corresponden a parques eólicos, 111 MW a centrales minihidráulicas, 100 MW a fotovoltaica y 29 MW a cogeneración. Además, tiene en construcción 19 instalaciones eólicas en el territorio nacional. “Parques que generan una potencia de 720 MW y que están ubicados en Andalucía, Aragón, Castilla y León, Galicia y Navarra”. En el ámbito exterior, la empresa “opera con un total de 478 MW de generación eólica y solar en todo el mundo”. Destaca en este ámbito el parque eólico de Bii Hioxo (México-234 MW), 204 MW de potencia eólica en Chile, la inauguración a finales de 2018 de 91MW o el Crookwell II (Australia, donde construye el parque eólico de BerryBank – 180 MW). Asimismo, en este mercado de las antípodas también cuenta con una cartera de proyectos eólicos de más de 1000 MW. En cuanto a energía solar, dispone de 150 MW en plantas solares en Brasil y en Chile, y avanza en la construcción de dos parques solares, con una potencia de 120 MW.

La empresa asienta su actividad de energías limpias sobre cuatro pilares, estructurados dentro de su Plan Estratégico: optimización, simplicidad y accountability; disciplina de capital y la remuneración al accionista; desarrollo tecnológico sustentado en la innovación, lo que le permite mejorar la eficiencia de sus operaciones y, finalmente, la búsqueda de sinergias y de acercamiento y fidelización a los usuarios y a los stakeholders. En Naturgy dicen “no entender la estrategia de neutralidad energética sin contar con la innovación tecnológica necesaria para llevarla a cabo, ni con la necesaria seguridad jurídica en sus entornos de actuación o con la atención que exige a sus públicos de interés, tanto en España como a nivel internacional”. Porque ostenta el reconocimiento de ser una de las compañías más comprometidas por su acción frente al cambio climático por varios índices internacionales, entre ellos el CDP, la organización mundial sin ánimo de lucro cuyo objetivo fundacional es proporcionar el mayor y más completo sistema global de difusión ambiental.

Sobre los posibles avances en materia de transición ecológica en Europa y España, Naturgy no desea entrar en valoraciones. Aunque recalca que “trabaja para crear valor para sus accionistas y públicos de interés en un sector clave como el energético y el de sus servicios, que requieren de una normas y entornos jurídicos estables que permitan desarrollar este salto hacia las energías limpias de manera justa y ecuánime para todos y contribuyan a la consecución de la neutralidad energética”.

Repsol

Las nuevas líneas estratégicas en el negocio de bajas emisiones de Repsol también se anunciaron en la actualización del Plan Estratégico de la compañía, presentado en junio de 2018. Actualmente, “hemos logrado alcanzar el 90% de la meta propuesta, con una capacidad total instalada de 2952 MW y 1083 MW en desarrollo”. En el negocio de generación eléctrica “contamos con activos operados y no regulados de bajas emisiones adquiridos a Viesgo, entre los que se encuentran instalaciones modernas y eficientes de generación hidráulica y ciclos combinados de gas”, aseguran desde la petrolera española. Así, Repsol dispone de centrales hidroeléctricas con una capacidad instalada de 700 MW, situadas en el norte de España y “con gran potencial de crecimiento orgánico”. También de dos centrales de ciclo combinado de gas, en Algeciras (Cádiz), construida en 2011, y Escatrón (Zaragoza), en 2008, con una capacidad conjunta de 1.650 MW. A esto se suman las plantas de cogeneración situadas en los principales centros industriales del grupo. 

 

 

Entre los proyectos verdes de la multinacional resaltan la adquisición, a finales de 2018, de la planta fotovoltaica Valdesolar, de 264 MW, planificado en el municipio de Valdecaballeros (Badajoz), su participación en la construcción de uno de los  mayores parques eólicos flotantes del mundo, en la costa de Portugal, a 20 kilómetros de Viana do Castelo, y que dispondrá de una capacidad instalada de 25 MW y, desde julio de este año, la inclusión de otra iniciativa eólica de 335 MW localizada entre las provincias de Zaragoza y Teruel (proyecto Delta); otro proyecto situado entre Palencia y Valladolid, con una capacidad total instalada de 255 MW (PI) y un tercero, solar, en Cádiz de204 MW, conocido como Sigma.

Repsol matiza que, además de todos los activos de generación de bajas emisiones, “nuestro compromiso con la sostenibilidad es constante y firme a lo largo de los años”. Fuimos -enfatizan- la primera compañía del sector Oil & Gas que apoyó el protocolo de Kioto, y la pionera del sector en emitir un bono verde destinado a la financiación de proyectos de eficiencia energética y de tecnologías de bajas emisiones. Todos los objetivos de reducción de emisiones “se pueden localizar en la hoja de ruta que tenemos frente al cambio climático y que hemos actualizado este año”. Por ejemplo -dicen- “nos hemos marcado como objetivo la reducción, en un 3%, de nuestra intensidad de emisión de CO2 para 2020, aunque nuestra ambición corporativa es que alcance el 40% en 2040”. Estos esfuerzos y compromisos -precisan- “han sido valorados positivamente; por ejemplo, en el mes de septiembre, por  Transition Pathway Initiative (asociación con 50 de los mayores inversores), que nos ha valorado como una de las dos únicas compañías del sector con una estrategia compatible con los acuerdos de París o, hace unas fechas, con el galardón de la agencia de rating Standard & Poor’s (S&P) que califica nuestra estrategia de sostenibilidad como “una de las más avanzadas en el sector del Oil & Gas”.

Endesa

En la eléctrica dicen ser “plenamente conscientes de la transformación de nuestro sector y por ello tenemos diseñado un plan industrial, que acabamos de presentar hace unos días, que impulsa un modelo energético más sostenible”. El principal foco de las inversiones va a ser las renovables, donde “queremos pasar de 7.400 megavatios instalados a 10.200 megavatios en 2022”. Más del 90% de la inversión -afirman- “estará destinada a renovables o a iniciativas, como las redes inteligentes, o el desarrollo de instalaciones para recargas de vehículos eléctricos, que tengan que ver con la lucha contra el cambio climático”. El objetivo es acelerar la transformación del grupo hacia la descarbonización total. “En 2022, se prevé que Endesa ya no tenga centrales de carbón en funcionamiento, más allá de las islas por seguridad energética”. En este sentido, ponen dos botones de muestra: por un lado, el desarrollo de la movilidad eléctrica, con los 8.500 puntos de recarga pública que Endesa prevé instalar en los próximos años la digitalización de nuestros activos, clientes y personas y, por otro, la profundización en el programa de creación de valor compartido (CSV) como herramienta de integración de la sostenibilidad en la estrategia y operativa de los negocios.

 

 

Para Endesa, “la energía es uno de los sectores clave en todo el mundo, no sólo desde el punto de vista económico, sino por sus implicaciones sociales y medioambientales”. Según prevén algunos estudios, la demanda energética mundial “crecerá nada menos que un 30% hasta 2040, lo que implica un análisis estratégico sobre las fuentes energéticas del futuro”. Es evidente, pues, que el sector energético “necesita evolucionar hacia un futuro más limpio, con una generación más descentralizada y cada vez más digital y con una penetración de la electricidad más intensa en sectores difusos como el transporte o los hogares e industrias, desplazando el consumo de combustibles fósiles hacia una electricidad de origen fundamentalmente renovable”, si se quieren alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, explican en la multinacional. Por ello, para Endesa los principales desafíos a los que nos enfrentamos son, la descarbonización del mix energético, junto con la electrificación de la demanda energética y la digitalización. De ahí que “en nuestro plan estratégico se incluya un compromiso tan cierto y tan concreto como quela compañía va a sacrificar dividendo a favor de aumentar las inversiones en descarbonización”.

Del total de 7.700 millones de euros destinados a inversiones ya previstas entre 2019 y 2022, casi la mitad -3.800 millones- serán para renovables y más de una cuarta parte -2.000 millones-para redes, en las que los flujos de capital de la compañía crecen un 11% respecto a la revisión 2018-2021 del plan, avanzan fuentes de la firma. En las redes, un 50% de la inversión (1.100 millones) será para digitalización, con el objetivo de promover eficiencias. La inversión en Endesa X -la marca que concentra los negocios de movilidad eléctrica y nuevos servicios a consumidores- será de 200 millones. En cuanto a las inversiones netas destinadas a digitalización, ascienden en total a 1.300 millones de euros, de las que 1.100 millones -el 81%- serán para redes; mientras que a Endesa X se destina un 5%. Además -enfatizan- “la compañía eliminará el carbón de su 'mix' de generación, que dejará así de tener presencia en 2022, dentro de los objetivos de descarbonización a 2050”.

Enagás

También la gasista española se ha posicionado como una compañía comprometida con la transición energética y con el proceso de descarbonización. Ha impulsado proyectos innovadores como el primer tren de viajeros del mundo propulsado con GNL (Gas Natural Licuado), o el proyecto europeo CORE LNGas HIVE para descarbonizar el transporte marítimo. Además, ha creado la filial EnaGasRenovable “para catapultar y desarrollar proyectos de energías renovables no eléctricas como el biometano y el hidrógeno verde”, mediante planes de actuación concretos “como Power to Green Hydrogen, otros de power to gas y acuerdos para promover el biometano y la economía circular”.

El objetivo del proyecto CORE LNGas HIVE, cofinanciado por la UE, es potenciar el suministro de GNL como combustible en el sector del transporte, especialmente marítimo, en la Península Ibérica. El gas natural licuado es, a día de hoy, “la única alternativa real y sostenible para avanzar en la descarbonización del transporte marítimo”. Esta iniciativa ha permitido adaptar las plantas de regasificación españolas para el abastecimiento de GNL a buques. Como resultado de este proyecto, el volumen de bunkering de GNL en España durante 2019 ha alcanzado los 68.500 m3.

 

 

Enagás también participa en la implantación del GNL como combustible ferroviario. La compañía participó junto con Renfe y Naturgy en la primera prueba piloto de tracción ferroviaria con gas natural licuado en el mundo en el sector ferroviario de viajeros. Con respecto al desarrollo del hidrógeno, Enagás participa en ‘Power to Green Hydrogen Mallorca’, un proyecto pionero en la UE que “consiste en desarrollar una planta de generación de hidrógeno verde en Mallorca para suministrar hidrógeno a plantas hoteleras, polígonos, 'rent a cars' del aeropuerto y, especialmente, a los autobuses que ha cedido la EMT y que pasarían a ser 100% libre de emisiones”.

Para Enagás, la lucha contra el cambio climático requiere “actuaciones inmediatas con las tecnologías disponibles en la actualidad”. Una de ellas es el gas natural que, en lo que va de año, ha contribuido a reducir las emisiones de CO2 del mix eléctrico en un 20% en términos interanuales respecto a 2018. La sustitución de carbón por gas natural “ha evitado a la atmósfera la emisión de siete millones de toneladas de CO2, lo que equivale a lo que emiten tres millones de turismos convencionales durante este ejercicio”. A largo plazo, el objetivo de la UE para 2050 es alcanzar un futuro neutro en carbono. Para abordarlo con éxito, “la innovación y el desarrollo tecnológico van a ser claves”. En este sentido, los gases renovables, como el biometano y el hidrógeno verde, “van a jugar un papel fundamental”.

Los gases renovables o energías renovables no eléctricas son alternativas limpias que dan solución a determinados sectores no susceptibles de electrificación, como el transporte pesado, marítimo y sector industrial, entre otros, dicen en la firma. Por lo que el biogás/biometano es ya fundamental para el desarrollo de una economía circular, y el hidrógeno verde, con cero emisiones de CO2, es un nuevo vector energético global con grandes posibilidades de futuro. En el ámbito del almacenamiento renovable, el hidrógeno es una gran disrupción y puede dar respuesta a un problema para el que actualmente no hay solución.

España -aseguran- “ha sido y puede seguir siendo un referente internacional en el desarrollo de las energías renovables tradicionales, por lo que tiene ante sí, como país, una oportunidad de oro para mantenerse a la vanguardia en el despliegue de nuevas y disruptivas tecnologías como el hidrógeno verde y el biometano, neutras en emisiones y que van a jugar un papel fundamental en ese futuro descarbonizado”. En línea con Europa, que está impulsando con fuerza el hidrógeno verde, en el que España podría ser una potencia, pues parte de una posición privilegiada para producirlo a gran escala a partir de energía solar y eólica. De igual manera -precisan en Enagás-, debe poner en valor “nuestro potencial para crear un corredor verde para ese hidrógeno, pues nuestra red de infraestructuras gasistas está ya preparada para transportarlo y almacenarlo, lo que va a permitir, sin necesidad de inversiones adicionales relevantes, que la transición  energética se realice al menor coste posible, un factor fundamental para que sea una transición justa e inclusiva”.