Las eléctricas resisten ante el ruido regulatorio y la limitación de los beneficios caídos del cielo

El Ejecutivo prepara un plan de choque para bajar el precio de la electricidad y dejar el coste del recibo de este año como el de 2018 sin cambiar el mercado mayorista actual ni la normativa europea. Las medidas que baraja el Ministerio de Transición Ecológica pasarían por fortalecer "la cobertura de los consumidores vulnerables" y la creación de "mecanismos alternativos para que las grandes empresas vendan parte de su energía a las pequeñas comercializadoras a un precio que se fija por subasta". 

Asimismo, el Ministerio que preside Teresa Ribera propone mantener el IVA del 10% a la factura eléctrica de forma permanente y no temporal como hasta ahora. Todo ello mientras la agenda de Unidas Podemos pasa por limitar los precios del mercado, crear una empresa pública de energía y acelerar estas propuestas vía decreto. Descartadas estas ideas por la parte socialista del Gobierno, lo cierto es que el ruido regulatorio sobrevuela sobre el sector y lo seguirá haciendo mientras el precio de la luz no baje de los 120 euros por megavatio hora (MWh).

El mercado de la ELECTRICIDAD Y GAS, cómo funciona y oportunidades en el Ibex35

Desde las compañías eléctricas también lanzan sus propuestas y parecen no tener miedo a que haya reformas. Este mismo martes, el consejero delegado de Enel -máximo accionista de Endesa-, Francesco Starace, subrayó en una entrevista en Expansión la necesidad de “reformar el mercado eléctrico, reducir la dependencia del gas y desarrollar más las renovables y cambiar el sistema de fijación de precios para reducir la volatilidad”. 

El origen de la subida de la luz según estima el Banco de España se debe en un 70% al encarecimiento de los derechos de emisión del CO2, que son cada vez más caros en un intento de la UE por reducir el uso de los combustibles fósiles y al precio del gas natural, cuyo precio internacional ha pasado en unos meses de 10 a 55 euros el megavatio hora. El resto de la subida, el banco central lo atribuye al aumento del IPC interanual armonizado en el primer semestre.

Las eléctricas aguantan la embestida

Pese al ruido regulatorio, las acciones de las tres grandes eléctricas que cotizan en el Ibex 35 tampoco sufren en exceso. Iberdrola cede un 8% en lo que va de año, aunque esta caída se produce después de acumular un alza en 2020 del 33%. En el tercer trimestre sube, de hecho, un 3,30%. Endesa cae un 2,5% en lo que va de año y en el trimestre apenas sube un 0,15%, mientras que Naturgy (Gas Natural) en plena OPA parcial por parte del fondo australiano IFM se revaloriza un 19% en las sesiones celebradas este 2021 y en el trimestre sube un 1%.

Todo ello en un contexto en el que el Ejecutivo prepara la ley que limitará los “beneficios caídos del cielo”. Es decir, la retribución que se llevan las nucleares, hidráulicas o eólicas anteriores a 2005, que se calcula en unos 1.000 millones de euros para el sector. Como contrapartida, las eléctricas tienen puesto el objetivo en la subasta de renovables que se hará en España en octubre por parte del Ministerio de Ribera. 

En el caso de Iberdrola, además, de la posible regulación que haga el Gobierno del mercado eléctrico y de la limitación de los “beneficios caídos del cielo” arrastra varios meses en el ojo del huracán por el ‘caso Villarejo’, un asunto de corrupción que no gusta nada a los fondos sostenibles y que apuestan por la inversión socialmente responsable.   

“Las acciones de Iberdrola continúan bajo presión vendedora pese al rebote generado en agosto. Además, la eléctrica española está en el ojo de los inversores después de la imputación de Sánchez Galán en el ‘caso Villarejo’, generando nerviosismo en grandes fondos con fuerte posicionamiento en el valor, los cuales condenan este tipo de situaciones”, apunta el analista de IG, Diego Morín.