El dato, que corrobora los síntomas de mejora en la economía estadounidense, refleja una caída mucho menos acusada que en el primer trimestre de la inversión residencial y un menor descenso de las exportaciones, así como un recuperación en la inversión y en el gasto público. La contracción en el crecimiento se produjo por la contribución negativa de la inversión privada en inventarios, el descenso del consumo y de la inversión residencial fija, y de las exportaciones.


La producción de componentes de motor, uno de los sectores más afectados por la crisis, colaboró en 0,2 puntos al crecimiento del PIB, frente a una caída del 1,69% registrada en el primer trimestre.


El Gobierno estadounidense también dio a conocer las peticiones iniciales de desempleo semanales, que descendieron en 10.000 unidades, con respecto a la semana anterior, hasta las 570.000 solicitudes.

La media de cuatro semanas se situó en las 566.250, lo que supone un descenso de 4.750 con respecto a la media revisada de la semana anterior (571.000).