Las elecciones del 3 de noviembre enfrentan a dos visiones de Estados Unidos, al presidente actual Donald Trump que se presenta por el Partido Republicano y al demócrata Joe Biden, un político que lleva en la escena pública desde los años 70 y que llegó a ser vicepresidente de Barack Obama de 2008 a 2016. Unas elecciones en medio de una pandemia que podrían condicionar el proceso por el mayor aumento del voto por correo y los rumores que circulan en torno al posible no reconocimiento de la victoria por parte del candidato perdedor.
“Las elecciones llegan en un momento en el que el mercado está muy centrado en todo lo que pueda ocurrir con las vacunas. De aquí a noviembre creemos que la volatilidad va a aumentar, y más que el resultado nos preocupa que alguno de los candidatos no reconozca la victoria de su rival y que el proceso se judicialice, lo que generaría una inmensa incertidumbre en los inversores”, explica Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4.
Ante este contexto en el que las elecciones pasan a un segundo plano, la macroeconomía y la evolución de la pandemia se antojan cruciales para el devenir de Wall Street en el medio plazo. La Reserva Federal ya ha reconocido que deberá mantener los tipos de interés en el 0%-0,25% al menos hasta 2022, inyectar nuevos incentivos e incluso ha cambiado su objetivo de inflación: ahora podrá superar el 2% sin que el banco central eleve el coste del dinero con tal de que la economía estadounidense no se estanque y el crecimiento se acelere.
“Para las bolsas es más importante cómo quede la composición de las cámaras que quién sea el presidente. Si finalmente los demócratas se hacen también con el Senado -parece claro que mantendrá el control de la Cámara de Representantes- y gana Biden no creo que a las bolsas estadounidenses les vaya a gustar, ya que las políticas en materia de impuestos que implementaría una administración demócrata controlando las dos cámaras no serán muy favorables a las empresas”, indica Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities.
Estados Unidos, con todo, sigue siendo el motor económico del mundo junto a China y el segundo mercado para las compañías del Ibex 35 tras España, y por delante de países latinoamericanos como Brasil o México. La cotizada más expuesta del selectivo español es Grifols con hasta un 68% de sus ventas, seguido del 48% de ACS y el 47% de Acerinox que cuenta con la planta más puntera de acero inoxidable en EEUU.
Grifols recibió este mismo mes de agosto la autorización por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) para usar plasma con anticuerpos para tratar a los contagiados por coronavirus y está entre las compañías que pueden dar con una cura a la enfermedad. La filial estadounidense de la compañía catalana se fundó en 2003 y gestiona 147 centros de donación de plasma. Por su parte, la constructora ACS acaba de lograr en septiembre un contrato, junto a las estadounidenses Turner y Flatiron, para construir la nueva terminal del Aeropuerto Internacional de San Diego por valor de 1.926 millones de euros.
Y este mismo miércoles, Avangrid, sociedad participada al 81,5% por Iberdrola, ha anunciado la compra de la eléctrica estadounidense PNM Resources por 3.663 millones de euros. La adquisición de la empresa, que tiene actividad en Nuevo México y Texas, se llevará a cabo a través de una fusión.
En el caso de Siemens-Gamesa también es muy importante la economía estadounidense con un 30% de las ventas, ArcelorMittal produce y vende allí por valor del 26% de sus ingresos anuales, en el caso de Ferrovial llegan al 22%, y en el de Iberdrola al 20%. Los dos grandes bancos españoles cuentan con una presencia más marginal en el país. En el caso del Banco Santander su negocio de financiación al consumo le reporta un 15% y BBVA Compass logra allí el 13% de sus márgenes brutos.
“Grifols es una compañía muy expuesta a EEUU, pero va a salir reforzada de este período del Covid-19. A pesar de que siempre se dice que una victoria de los demócratas puede restar potencial a las farmacéuticas creemos que está bien posicionada y puede seguir creciendo. En general, creemos que las compañías del Ibex 35 no deberían sufrir mucho por la contienda electoral, ambos candidatos apuestan por las infraestructuras que es bueno para Ferrovial y ACS, Biden si gana reforzará las renovables... y lo único que vemos es que BBVA y Santander podrían aumentar su tasa de mora”, comenta Aguirre.
Una opinión que también comparte Víctor Peiro, director general de Análisis de GVC Gaesco Valores. “Las compañías del Ibex 35 se moverán como el resto del mercado, no están por actividades que puedan cambiar mucho con el color político. Si acaso si se produce una subida de impuestos”, valora.
En general, el mercado cree que una victoria de Trump no generaría generar el revuelo de 2016 y sólo en el caso de que Biden aplique una agresiva política de subidas de impuestos restaría valor a las compañías que operan allí. Las cotizadas del Ibex 35 producen allí y venden allí por lo que no están en el parámetro de los aranceles que ha ido aplicando Trump durante su legislatura. Otro frente, sin embargo, sería una evolución muy bajista del dólar, algo que ningún analista se atreve a predecir y que tampoco puede sorprender a las empresas al poder contar con coberturas e instrumentos financieros para poder protegerse ante un tipo de cambio débil.