Según el Banco de España, este déficit fue resultado de unos ingresos por valor de 309.946,2 millones de euros, el 10,52% más, frente a unos pagos de 406.842,9 millones de euros, un 12,43% más.La mayor parte del déficit por cuenta corriente se debió, en primer lugar, al aumento del saldo negativo en la balanza de rentas, seguido del incremento de los déficit de la balanza comercial y de la de transferencias corrientes, que no se pudieron compensar con el aumento del superávit de la balanza de servicios.