La decisión de la Reserva Federal de empezar a prestar dinero directamente a las empresas -una medida sin precedentes- tampoco ha logrado frenar la contracción del crédito de la mayor economía del mundo, que amenaza con paralizar totalmente la actividad productiva del país. La nacionalización de la banca estadounidense fue insinuada el miércoles por el secretario del Tesoro, Henry Paulson, de ese país, ex presidente del mayor banco de Wall Street, Goldman Sachs- cuando dijo en una rueda de prensa que "utilizaremos todas las herramientas que nos han sido otorgadas con la mayor eficacia, incluyendo el refuerzo de la capitalización de las instituciones financieras de todos los tamaños".De llevarse a cabo, esa medida contaría con el apoyo de gran parte de los economistas independientes, que han subrayado en los últimos días que el plan de rescate de la deuda no resuelve los problemas de los balances de los bancos, y que éstos precisan una recapitalización. Sin embargo,todavía quedan serios interrogantes a un eventual plan de este tipo. El más obvio es qué pasaría con la remuneración de los directivos de las entidades que se acojan al programa. Según la Ley aprobada el viernes pasado, el Estado tendría la potestad de recortar los salarios de los máximos responsables de esas entidades, y eso es algo que es anatema en Wall Street, una comunidad donde el 'bonus' -la remuneración variable que se recibe a final de año- es intocable.Curiosamente, en los años 90, EEUU se opuso frontalmente a que los países con graves problemas bancarios, como Japón, México y Corea, nacionalizaran sus bancos.