En un discurso difundido por la Casa Blanca, que será pronunciado por el presidente de EEUU en Nueva York en vísperas de iniciar en Washington la reunión con los líderes del G-20, que comenzará mañana con una cena de trabajo, Bush admitió que la taréa encomendada es "demasiado amplia" para completarse en una única cumbre, por lo que afirmó que deberán producirse una serie de encuentros tras la reunión de Washington. "Los líderes que asistirán a la reunión de este fin de semana coinciden en la necesidad de hacer frente a la actual crisis y establecer los fundamentos que contribuyan a evitar una crisis similar en el futuro".
Asimismo, Bush hizo hincapié en que las medidas que sean acordadas en la cumbre deberían ir encaminadas a solucionar los problemas más que a "desmantelar" un sistema que considera que ha contribuido a mejorar la vida de millones de personas en todo el mundo y puntualizó que el intervencionismo por parte de los gobiernos "no es la panacea". "Si buscan crecimiento económico, oportunidades, justicia social y dignidad el sistema de libre mercado es el camino. El triunfo del capitalismo de libre mercado ha quedado probado en el tiempo y sería un terrible error permitir que unos meses de crisis socaven 60 años de éxitos", afirmó Bush.
De este modo, el presidente de EEUU sugirió en su discurso que los líderes del G-20 deberían considerar una mejora de las normativas contables para garantizar que los inversores comprenden el valor de los activos que adquieren, al mismo tiempo que se mejora la regulación para reducir los riesgos para el conjunto del sistema. De este modo, Bush sugirió la necesidad de aumentar la transparencia de los mercados financieros y establecer una regulación apropiada de los sofísticados productos financieros incluyendo la posibilidad de controlar la negociación de las garantías frente a impagos ('credit default swaps') a través de un organismo centralizado en vez de mercados sin regular.
Asimismo, se mostró partidario de que instituciones internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial, incrementen la presencia de las economías emergentes elevando su poder de voto, puesto que su contribución al sistema se ha incrementado.

