Si bien este tipo de especulaciones pueden ser entretenidas, no creemos que analizar este hito histórico desde ese punto de vista aporte mucho al inversor. No solo porque no se pueda volver atrás en el tiempo y cosechar esas ganancias, sino porque la evolución de Amazon es un caso extraordinario, con un rendimiento muy por encima de la media del mercado desde su debut bursátil en mayo de 1997. Pensamos que poner el énfasis en estas excepciones del mercado desvía la atención de los inversores hacia la búsqueda del siguiente «pelotazo», llevándoles por el camino de la impaciencia y de la asunción de riesgos excesivos.

Aunque en Fisher Investments España no recomendamos valores concretos, en nuestra opinión la historia de Amazon sí que puede arrojar algo de luz sobre algunos fallos que cometen habitualmente los inversores. Amazon salió a bolsa el 15 de mayo de 1997 y entre esa fecha y el 3 de septiembre de 2018, día en el que alcanzó el billón de dólares, su rendimiento –incluidos los dividendos– ha crecido un 104.541,97%1, o lo que es lo mismo, un 38,57%2 de rentabilidad media anualizada. Mientras tanto, el mercado total de acciones, por ejemplo, el que representa el índice MSCI World Index –una medida amplia que engloba a 23 países desarrollados–, se ha anotado retornos del 276,39%3, incluyendo dividendos, o, lo que es lo mismo, un 4,89% de rentabilidad media anualizada.

Si hiciéramos una encuesta entre los inversores preguntándoles qué rendimiento preferirían, si el de Amazon o el del conjunto del mercado, seguramente se quedarían con el del gigante de internet. Pero, en nuestra opinión, este es un objetivo muy poco realista para una cartera de inversiones, incluso si a largo plazo busca el crecimiento de los activos y cuenta con un elevado peso de activos de renta variable. Amazon es un caso aislado, con resultados extraordinarios y sin aparente relación con la evolución del conjunto del mercado. Desde nuestro punto de vista, intentar encontrar «la próxima Amazon» es como intentar buscar una aguja en un pajar. Según datos de Nasdaq, otras 33 empresas comenzaron a cotizar en aquel mayo de 1997, pero solo 5 siguen allí4. En su momento nada hacía presagiar que Amazon tendría un comportamiento tan descomunal como el que ahora conocemos, era simplemente una librería en línea en una época en la que surgían como setas nuevos negocios digitales. Muchas de aquellas tiendas electrónicas no sobrevivieron a la explosión de la burbuja tecnológica; de hecho, Amazon apenas dio ganancias durante años5. Con aquel panorama, ¿usted habría mantenido la confianza en la empresa cuando había negocios más rentables? ¿Habría resistido las idas y venidas de su cotización?

La lección de inversión que extraemos de los éxtios de Amazon

Es muy fácil, y muy común según nuestra experiencia, mirar el pasado de las compañías con rendimientos espectaculares y pensar «ay, si yo hubiera comprado», pero esto no es más que un divertimento para la mayoría de los inversores, ya que para dar la campanada hacen falta una visión de futuro y una disciplina inversora impecables. Se oyen historias de gente que ha tenido la suerte de aprovechar la estratosférica evolución de Amazon en su camino al billón de dólares, incluidos sus fundadores, los familiares de estos, los primeros empleados y algunos inversores, pero, para el inversor medio sin ninguna relación con la empresa, esperar encontrar crecimientos de este nivel en un solo valor es poco probable. Es más, para que una inversión en una sola compañía le aporte enormes ganancias debe sacrificar la diversificación. En nuestra opinión, concentrar la cartera de inversiones en unos pocos valores, o incluso en uno solo, incorpora un riesgo innecesario a la misma. Puede que vaya bien y obtenga unas plusvalías fastuosas, pero ¿y si se da el gran batacazo?

Para nosotros, una actitud sensata debe renunciar a la idea de que invertir es como comprar un número de lotería que nos hará ricos de la noche a la mañana. Al revés, como dice el refrán, avanzar «lento pero seguro» es la mejor manera de abordar el proceso inversor. Quizás esta expresión no sea la más adecuada, porque el mercado de acciones a veces oscila mucho de un mes para otro o incluso de un año para el otro, pero, en general y de media, a la larga el mercado de acciones sube6. Seguro que no tanto como Amazon, pero lo suficiente como para que muchos inversores logren sus objetivos a largo plazo.

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