Bitcoin sigue cosechando éxitos en una doble vertiente. Por un lado en su precio que vuelve a pulverizar por enésima vez y en que se lanza claramente a batir los 60.000 dólares y volviendo a pulverizar ese techo de cristal que más bien parece de atrezzo en el mercado, que le ha llevado a integrar el club del billón de dólares del que ya disfrutan con holgura valores como Apple, Microsoft, Amazon y Google.
Y es que no hay nada más suculento para el mercado que los grandes beneficios que se retroalimentan, cual círculo vicioso, de su pátina cada vez más legítima del mundo financiero más tradicional. Los bancos empiezan a operar con Bitcoin, con Bank of New York Mellon a la cabeza, porque lo demandan sus clientes, ya se puede comprar en PayPal o Square con la divisa virtual mientras Mastercard ya se prepara para admitirlo y Visa se lo piensa en serio. Entre las grandes firmas, también se lo plantea Tesla mientras Elon Musk lo compra a los grande, en 1.500 millones nada menos. Y no nos olvidemos de los grandes fondos que cada vez empiezan a adquirir cantidades industriales de la divisa digital, el gran empuje del valor el pasado año.
Su precio de mercado, y recordemos que es claramente finito, se ha incrementado ya más de un 90% este año, pero en dinero contante y sonante hablamos de más de 400.000 millones y ni hemos terminado febrero. A veces no recordamos que cerraba el pasado año rozando los 29.000 dólares tras subir en 2020 un 290% y haber cerrado en diciembre pasado su mejor mes desde mayo de 2019 con alzas del 42,6%. Todo eso se ha pulverizado nada más comenzar 2021.
Fuente: WSJ
Desde Deutsche Bank consideran que “ha comenzado a crecer tanto que podría decirse que establece su propia demanda a medida que las empresas e instituciones comienzan a hacer incursiones en un campo que no hubieran tocado unos meses antes. Irónicamente, se está convirtiendo en una clase de activos creíble para muchos al recuperarse tanto últimamente y también al obtener una creciente aceptación institucional”, según indica su analista Jim Reid.
Y es que ahora mismo Bitcoin vale lo mismo que cuestan en el mercado Tesla, Pzifer y Twitter juntas, algo inverosímil hace apenas unos meses. Un activo que ya entra en el campo de las palabras mayores y que se ha visto de esta forma en las redes sociales, su gran potencial y motivador. La carrera del toro dorado, rezaba este tuit con vídeo incluido de Plan B.
Pero sigue teniendo muchos detractores, incluso en lo más profundo del mercado financiero. Y no les hablo de los bancos centrales que cada vez ven con más recelo el universo de las criptomonedas, como bien se ha encargado de reseñar el Banco de España ante el interés ya masivo de muchos inversores. El consejero delegado de Citadel, Ken Griffin señala que no está interesado en el universo cripto, porque señala que no le ve sustento económico alguno. Y ponía varios ejemplos. Señalaba que no sabe como pensar en lo que vale un token digital, aunque si sabe cómo hacerlo en el caso de los tipos de cambio de las divisas o de calcular el valor actual neto de los beneficios de una empresa que cotiza en el mercado.
En este misma línea se han pronunciado desde JPMorgan. Sus analistas consideran que no hay suficiente nivel de compra en el mercado de Bitcoin para mantenerlo en sus niveles récord. Consideran que ese nivel de repunte que mantiene es insostenible, salvo que la volatilidad se reduzca -y ya supera en el activo el 80% - y que tampoco tiene sustento ni sentido económico.
Sea como fuere, lo cierto es que el Bitcoin sigue escalando posiciones más allá de los altibajos de muchas criptomonedas y que de nuevo parece que para el valor, el cielo, es el límite.