Resulta curioso pero históricamente, y cada vez que asistimos a alguna crisis importante, como la que acaba de estallar en Ucrania, el dólar suele actuar casi de forma inmediata como subyacente refugio. Al menos en el corto plazo no está siendo así. Más bien todo lo contrario. Pese al desplome de ayer en las bolsas, sobre todo en las del Viejo Continente (Wall Street aguantó bien el tipo), el euro sigue muy fuerte. Los mínimos y máximos continúan siendo crecientes y así sólo cabe seguir escalando posiciones. De hecho, parece que es cuestión de horas que el euro intente poner a prueba la zona de resistencia que presenta en los 1,3825. Y por encima de este nivel el siguiente no puede ser otro que los máximos de 2013 en los 1,3893. Por abajo, por el lado de los soportes, el primero lo situamos en los 1,3640 que, además, es donde tenemos colocado nuestro stop loss.

JM.R.